En los años 90 dos sociólogos europeos (Henry Etzkowitz y Loet Leydesdorff) teorizaban sobre el modelo de innovación de triple hélice, que se refiere a un conjunto de interacciones entre la academia, la industria y los gobiernos, para fomentar el desarrollo económico y social.
Ese modelo después de desarrolló con otros componentes pero mantuvo la idea principal, de vincular a la academia, la industria y los gobiernos, como una unión virtuosa para lograr avances significativos y efectivos en las comunidades.
En este sentido, el reciente acuerdo firmado por la Cámara Chilena de la Construcción con el municipio de Monte Patria resulta al menos una iniciativa interesante de seguir y observar.
En general los gremios no han tenido interacciones constantes y consistentes con las universidades y los gobiernos locales, si bien han existido iniciativas y esfuerzos aislados. Por ejemplo, el gremio minero en temas ambientales, hídricos o de capacitación. El gremio agrícola con instituciones de investigación agropecuaria o los pesqueros con iniciativas vinculadas al medio ambiente.
Pero otra cosa es que el gremio de un paso adelante y se vincule en la rutina de un municipio para mejorar sus competencias y capacidades profesionales que, por lo demás, son el gran talón de Aquiles para la generación de proyectos, especialmente en temas como la infraestructura y la vivienda.
Habrá que ver hasta qué punto este acuerdo logra resultados y compromisos de los empresarios, pero es posible visualizar que sería bueno que en esta como en otras iniciativas similares se hiciera el esfuerzo por sumar a la academia, exigir a la academia que también asuma un rol en la generación conjunta de iniciativas. En fin, una triple hélice llega más lejos que una que sólo tenga dos.
Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo