Tributos para las regiones

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Este jueves 07 de julio el Gobierno del presidente Gabriel Boric ingresó la primera parte de la reforma tributaria al Congreso, para recaudar 3,15% del PIB. La iniciativa modifica los impuestos a la renta, a las personas, crear un impuesto a la riqueza y busca reducir la elusión, evasión y las exenciones tributarias.
Según el mensaje presidencial “Esta reforma busca el financiamiento responsable de otras reformas estructurales, como la ampliación de derechos sociales, la diversificación productiva y la descentralización”. De hecho, se espera que 2,9 puntos del PIB sean destinados al sistema de pensiones y al sistema de salud. Además 0,3 puntos del PIB serán destinados a fortalecer un nuevo Sistema Nacional de Cuidados ( de niños y niñas, personas mayores y personas con dependencia) y cerca de 0,4 puntos del PIB recaudados serán destinados a políticas de educación.
En su mensaje el presidente también habló del “carácter regional” de la reforma. Al respecto, hay que señalar que actualmente, los gobiernos regionales reciben poco más de US$1.000 millones anuales por impuestos como las patentes mineras, la participación en sobre tasa del impuesto territorial, derechos de agua, entre otras, y con las nuevas medidas anunciadas por el gobierno, ese monto se acercaría a los US$3.000 millones.
Según el ministro Mario Marcel. “Los recursos propios se verían enriquecidos con la participación en el royalty a la gran minería, los impuestos correctivos y alguna participación en la sobretasa del impuesto territorial. Con eso lograríamos, sólo por el lado de los ingresos propios, duplicar los recursos de los gobiernos regionales para el cumplimiento de todas las funciones y responsabilidades que se le están asignando”, añade el ministro de Hacienda.
Desde el discurso, pareciera que esa cifra es tremendamente atractiva para los gobiernos regionales. Sin embargo, si no van aparejados con más y mejores capacidades para la formulación de proyectos y funcionarios competentes y capacitados para lograr invertir correctamente esos dineros, quedaremos en una posición similar a la actual.
En el caso de la inversión regional, no se trata solo de gastar más dinero, se trata de gastarlo bien, con mirada estratégica, coherencia y continuidad más allá del ánimo personal del personaje que asuma el liderazgo local.
Como siempre, insistimos en la necesidad de contar con una estrategia regional de desarrollo que oriente la forma en que esos recursos futuros se podrán invertir.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo