Enclavado en el casco histórico de La Serena, lugar mantiene el cierre de su perímetro desde el estallido social. “Creo que (el permiso de vacaciones) nos dio una posibilidad importante, porque como este es un hotel antiguo, único porque no es parte de ninguna cadena, nos dio la posibilidad de poder volver a retomar lo que fuimos”, sostiene Galleguillos.
Servicio de comidas en piezas, una reducción del 70% de su planta normal y atención a puertas cerradas, incluso desde el estallido social es parte de la rutina del tradicional hotel Francisco de Aguirre de La Serena.
Su administradora, Mercedes Galleguillos, cuenta a Semanario Tiempo cómo ha sido la evolución del recinto de alojamiento con la pandemia y las medidas para evitar contagios entre sus huéspedes y personal de servicio.
Actualmente solo doce personas trabajan en él.
¿Cuál es el balance en este periodo de pandemia?
“Creo que este año fue diferente a todos, pero con las medidas de precaución que se tomaron, diría desde marzo, desde hace más de un año, podemos trabajar sin pensar que nosotros podemos contagiarnos. Estamos todos encerrados, en cuarentena, pero si tenemos huéspedes que vienen a trabajar y que están desde noviembre o diciembre del año pasado en proyectos que no se puede parar. Tomamos las medidas podemos seguir en el tiempo, pase lo que pase”.
¿Al estar en el casco histórico, ustedes mantienen precauciones desde el estallido social?
“Así es. Desde el estallido social tomamos todas las precauciones. Desde octubre del 2019 hasta enero del 2021, nosotros siempre hemos mantenido la puerta cerrada. Eso nos mantuvo protegidos de este problema sanitario que es gravísimo. (…) En abril del 2020, se redujo la planta del hotel en un 70%, y de ahí hemos mantenido la planta de acuerdo con la ocupación que tenemos. Si hay mucho huésped, contratamos dos o tres meses, y si no estamos con la planta fija, como ahora que quedó con doce personas. Y con la seguridad. Viendo todos los escenarios que se vienen produciendo, vamos tomando las decisiones en forma oportuna. Estamos con el cuidado sanitario, pero también con la seguridad de mantener un servicio óptimo.
-¿Cuál es su balance sobre el permiso de vacaciones, una medida criticada por el aumento de contagios en verano?
“Creo que (el permiso de vacaciones) nos dio una posibilidad importante, porque como este es un hotel antiguo, único porque no es parte de ninguna cadena, nos dio la posibilidad de poder volver a retomar lo que fuimos cuando éramos el único hotel de la ciudad. La gente se fue muy contenta, y estamos hablando de gente joven, porque nos decían que teníamos todas normas de seguridad”.
-Seguramente, estar por meses con una actividad irregular a años anteriores genera impacto…
“Estuvimos en un minuto muy descolocados porque algo nos tenía que salvar la permanencia del hotel en el medio. Porque durante un año y medio, estar de forma tan incierta y después con la opción de seguir, nos dio la opción de sustentar porque no habíamos percibido recursos durante todo el año (2020), solamente mantenernos. Entonces, esta lucecita que vino del cielo, nadie se puede quejar, en la parte turística. Si a mí me dicen que puedo viajar porque uno de los destinos más seguros es la IV Región, porque tampoco podemos estar todo el día encerrados, opto por eso. Tenemos tantas alternativas maravillosos, mar, cordillera, valles y comunas con tantos villorrios. Donde pueda estar en la IV Región puedo hacerlo de forma perfecta”.