Planificación y Estrategia, ahora

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Puede ser simple percepción, pero el bastante generalizada, por lo que debe tiene algún grado de verosimilitud. La sensación de estar empantanados sin un norte claro, sin un camino a seguir y sólo marcando el paso y tapando hoyos.
Es un juicio categórico que puede ser injusto con decenas de iniciativas de infraestructura o desarrollos técnicos específicos que se están desarrollando, como el apoyo a los caprinos o la diversificación y economía circular de la industria acuícola y pesquera. Pero más allá de casos específicos, la sensación ambiente es que la región no tiene una brújula clara que guíe los pasos.
Es cierto que hay un sinnúmero de fondos concursables, que por una parte abre la posibilidad de participación e iniciativa ciudadana en el desarrollo de proyectos, pero si se divide en micro proyectos diversos, se corre el riesgo de atomizar demasiado la gestión, respondiendo a necesidades muy particulares, dejando de lado los grandes desarrollos vinculados a una mirada de largo plazo.
En este espacio no nos cansaremos de reclamar por una pronta actualización de la Estrategia Regional de Desarrollo, que permita dar continuidad y coherencia a las iniciativas de mediano y largo plazo.
Pero el asunto es que, en lo grueso, las áreas de desarrollo estratégico para la región no cuentan con una hoja de ruta identificable, claramente delimitada, conocida por todos y que sirva de orientación y fundamento a la toma de decisiones públicas.
¿Hacia dónde va el turismo regional? , ¿Cuál es el impulso a la minería regional?, ¿De qué manera estamos ordenando y mejorando el desarrollo agrícola local?, ¿Cuál es la lógica en la gestión de transporte?. Hoy el tranvía se suspende, el túnel no avanza, la doble vía se retrasa, el teatro Regional duerme.
Alguna vez se habló de infraestructura para el desarrollo, del desarrollo de caminos interiores, del fortalecimiento de canales y sistemas de riego, todos como grandes pilares de una cierta estrategia. Hoy esa misma nitidez no se observa y es indispensable que alguien tome esa tarea, más allá de las pugnas con la gobernadora o de los incendios que haya que ira apagando en el camino. Es ahora.

Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo