e cierta forma el impuesto territorial o pago de contribuciones de bienes raíces es un impuesto a la riqueza. Si bien con la tasa habitual se gravan los inmuebles en beneficio de los municipios, la nueva sobretasa fijada el año 2020 con la reforma tributaria, va en beneficio fiscal directo al tesoro público. Además, lo cierto es que sumado a lo anterior, el aumento en el recálculo del avalúo de bienes raíces que ha se ha venido desarrollando en los últimos ocho años, ha sido brutal.
En marzo del año pasado 2021, se informaba que en su primer año de recaudación, la sobretasa logró recaudar un total de US$190 millones, concentrándose dicha recaudación en las comunas más ricas del país, como son Vitacura, Lo Barnechea, Providencia, Las Condes Santiago y Viña del Mar. En principio se calculaba que 29 mil contribuyentes pagarían la sobretasa, sin embargo en la práctica fueron más de 51 mil.
Esa sobre tasa se aplicó desde el año 2020 a quienes tuvieran una propiedad o un conjunto de propiedades que sumadas sobrepasaran las 760 unidades tributarias anuales (UTA) es decir $415 millones. Y llegó a ser de 0,275% para las propiedades que superaran los $900 millones de pesos de avalúo fiscal.
Pareciera lógico que el que tenga más terreno deba pagar más, forzando así al movimiento comercial de los terrenos que serán finalmente vendidos para desarrollos inmobiliarios. Sin embargo, como el aumento del impuesto ha ido de la mano con el reavalúo de bienes raíces, para miles de personas ha resultado un pago imposible de sustentar.
Por la pandemia se han detenido los remates por no pago de contribuciones, pero a mediados de este año se espera la gran ola de remates, entre ellos, cientos de familias que se han visto acorraladas por avalúos fuera de toda lógica, mal formulados, imposibles de vender a los precios que dicta la autoridad tributaria.
Ahora la necesidad de financiar los anuncios de más beneficios sociales se hará con más impuestos de este tipo, pero ojo, la desprolijidad en las tasaciones de bienes raíces se volverá a transformar en una polémica, tal como ocurrió hace algunos años atrás. Los impuestos no pueden transformarse en una expropiación encubierta.
Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo