¿Necesitamos un desarrollo científico propio?

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A juzgar por el presupuesto que Chile destina al desarrollo científico-tecnológico, nuestra sociedad valora poco la generación y cultivo de conocimiento. Y como el progreso depende del conocimiento – se podría llegar a pensar que como país no nos interesa progresar. ¿Será que pensamos que nos basta con el conocimiento que está disponible en abundancia en las redes y no necesitamos invertir en ello?
Pero si pensamos eso ¿Nos percataremos que, si no cultivamos nuestro propio conocimiento, adaptado a nuestra realidad, tendremos dificultades para, por un lado entender el conocimiento que llega de otros lados, y por otro, filtrar entre lo que es conocimiento real y son creencias varias?
La pandemia, con las discusiones en torno a si es real o un invento, o respecto a la importancia de las vacunas, ilustran esa situación. O las dudas respecto a si el cambio climático, o más bien cambio global, es real y causado por nosotros, o son variaciones normales también lo grafican. El abordar este tipo de problemas, vitales para nuestra supervivencia futura como humanidad, que se manifiestan en el país como sequías, inundaciones, marejadas, etc., requieren más que “expertos” que pululan por cientos por las redes, requiere de científicos, que cultiven el conocimiento y puedan aportar soluciones.
Al respecto me viene a la mente Mafalda en una de sus muchas sentencias agudas, en este caso respecto a los libros “Es peligroso vivir sin leer, porque te obliga a creer lo que te digan”. Parafraseando para nuestro país “Es peligroso vivir sin cultivar el conocimiento (sin desarrollo científico-tecnológico propio), porque nos obliga a aceptar el modelo de desarrollo que el resto del mundo nos proponga o imponga” – aun cuando puede no ajustarse ni a nuestro entorno natural, ni a nuestras realidades sociales y económicas.
Y muchos de los problemas y conflictos crecientes que tenemos como país en relación con nuestro modelo de desarrollo, tienen su raíz justamente en eso. El extremo está en terminar confundiendo desarrollo con el tener más plata y/o más cosas, sin medir sus consecuencias.
En ese contexto, las universidades y su dedicación a las ciencias tienen un papel primordial. Los ciudadanos del mañana deben ser formados en un entorno en el cual se cultiva el conocimiento, eso es, donde la ciencia analiza críticamente el conocimiento existente, genera nuevo conocimiento, y lo transfiere a la sociedad para su utilización. En las universidades la investigación científica-tecnológica genera el conocimiento básico que le da fundamento luego a diversas aplicaciones, que a través de la transferencia tecnológica, asesorías, formación y capacitación, se va poniendo a disposición de la sociedad. Un futuro profesional formado en ese entorno contará con conocimientos actualizados y pertinentes para la realidad de nuestro país, desarrollando el pensamiento crítico que requerirá para desempeñarse y aportar a un mundo en constante, y cada vez más rápido cambio.
Pero…las universidades no pueden resolver todos los problemas del país. Para eso Chile requiere de manera urgente de un sistema científico-tecnológico, con centros de investigación públicos y privados, aprovechando el enorme talento científico que Chile está efectivamente formando.

Por Dr. Wolfgang Stotz Uslar
Secretario de Investigación
Universidad Católica del Norte Sede Coquimbo.