Una excelente noticia, la región de Coquimbo lidera el porcentaje de participación femenina en minería más alto del país, con un 25,8% del total de personas contratadas. Todo un logro, fruto sin duda de un trabajo consciente y constante de empresas, autoridades, instituciones de educación y organizaciones no gubernamentales que promueven la inclusión e igualdad de género en la industria.
Pero más allá de la estadística, lo interesante es el cambio profundo en la cultura minera, que ha permitido que las mujeres integren no sólo equipos administrativos y de oficina, sino que un sinnúmero de tareas tradicionalmente entregadas sólo a hombres.
Pero esa buena noticia y a ese cambio cultural debemos respaldarlo con faenas y proyectos que permitan seguir avanzando en más y mejores empleos. Ese solo logro estadístico no sirve de mucho si es que no hay nuevas plazas, nuevos proyectos en los cuales ejercer.
Por ello es indispensable que teniendo a la vista las malas cifras económicas y la incertidumbre en las expectativas de corto y mediano plazo, las autoridades asuman también un liderazgo real y sensato para apurar la tramitación de proyectos de gran envergadura, dejando de lado los sesgos ideológicos y las pequeñas riñas políticas, para concentrarse en que la minería vuelva a tener el espacio que siempre tuvo. Protagonistas absolutos del desarrollo económico del país.
Hoy vemos cómo Argentina está comenzando a expandirse exponencialmente en minería y cómo Perú ha generado condiciones muy favorables de certeza jurídica y ambiente de inversión llevando consigo importantes proyectos de infraestructura portuaria y extracción minera.
Nuestro país no está en condiciones de sentarse a esperar. Visto en el largo plazo, todos sabemos que este boom del cobre sigue siendo sólo eso, un peak que no necesariamente será eterno. Una oportunidad que se debe aprovechar ahora, antes de que la tecnología modifique la demanda y nos suceda lo mismo que pasó con el salitre.
La minería sigue en todo el mundo y Chile se está quedando atrás, en este rubro que ha generado tanta riqueza y que hoy incluye a tantas mujeres entre sus trabajadores.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo