Modelo híbrido y flexibilidad laboral

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Quién lo diría hace cinco u ocho años atrás. La pandemia más terrible de los últimos siglos es la que finalmente –y de la mano de las tecnologías de la comunicación- impuso, en la práctica, una nueva forma de estudiar y trabajar.
Han sido largos meses en que profesores, ingenieros, arquitectos, diseñadores, incluso médicos y músicos, han realizado su trabajo de manera remota, desde la “comodidad” de su hogar. Entre comillas porque no en todos los casos los empleadores han entregado las herramientas necesarias para el correcto desempeño y también han existido quejas por los costos que finalmente debe asumir el trabajador en la ejecución de su trabajo. Sumado a que en muchos casos hay falta de espacio, computadores o tranquilidad en los hogares para desarrollar un adecuado trabajo.
Ahora en Chile se han aplicado más de 25 millones de dosis de vacunas , alcanzando una cobertura de casi 13 millones de personas, que corresponde al 65% de la población completamente vacunada con ambas dosis, pero que sube al 75% si consideramos a quienes han recibido al menos una dosis.
Por ejemplo, el 90% de los alumnos de educación superior ha recibido al menos una dosis. Con lo que se entiende la presión que ha puesto la superintendencia de Educación Superior para el paulatino retorno a clases de ese segmento. Considerando por ejemplo que alumnos en dos años ni siquiera han conocido su casa de estudios.
Pero en el caso del trabajo, todo indica que la modalidad híbrida perdurará por un largo tiempo más, porque bajo muchos aspectos el teletrabajo ha demostrado sus virtudes, especialmente en eficiencia, ahorro de recursos (arriendo de espacios, desplazamientos, incluso capacidad de los recintos que en formato virtual puede ser casi ilimitado).
Debido a que también el contacto directo genera efectos positivos en la productividad, parece impensado que se vaya a eliminar completamente el trabajo en oficina. Sin embargo, según estadísticas entregadas por la ONU el 27% de los trabajadores de países con altos ingresos podrían trabajar sin inconvenientes desde sus casas.
En síntesis, la famosa flexibilidad laboral es un hecho concreto, que también se debe regular con urgencia en Chile, para proteger especialmente los derechos de los trabajadores y poder capitalizar de la mejor forma posible este fenómeno, que ya se impuso y que puede transformarse en una herramienta fundamental para mejorar la productividad y eficiencia estudiantil y laboral.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo