Miremos al cielo

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Quién lo diría. A pesar de que el desarrollo de la astronomía en Chile registra nombres como los de James Melville Gillis e Ignacio Domeyko, no fue sino hasta 1969 con la inauguración de los observatorios Tololo y La Silla que nuestra región comenzó a estar marcada en los mapas de los astrónomos de todo el mundo. Además, dos de las instituciones astronómicas más importante del mundo, la Organización Europea para la Investigación Astronómica (ESO), y la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía de Estados Unidos (AURA), instalaron sus observatorios en nuestro país.
Ese mismo año 1969, todo el mundo miraba hacia el cielo, los niños soñaban con naves espaciales y astronautas, y la televisión transmitía la llega del hombre a la luna. De alguna forma dejamos de mirar nuestros pies y la humanidad comenzó a mirar con otros ojos hacia el cielo. El cine se encargó de dar forma a esas historias, con superhéroes y aventuras de por medio. Y las nuevas generaciones crecieron con la mirada puesta en el espacio, Star Trek, E.T. y las Guerra de las Galaxias de por medio.
Desde otra parte, el desarrollo académico de la astronomía en Chile se inició formalmente en 1965 con la creación del Departamento de Astronomía de la Universidad de Chile, dependiente de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas.
Y los observatorios en la zona norte del país conllevó la llegada de científicos, ingenieros y académicos de todo el mundo, quienes, hasta el día de hoy, llegan a nuestro país para el estudio del cielo y el universo.
Pero, con el pasar del tiempo, también se formó un atractivo turístico para aficionados. Un circuito con agentes operadores que fueron especializando la oferta, armando relatos y principalmente dando vida a centros de observación astronómica turística.
En el año 2019, Chile fue centro de interés a nivel mundial por el eclipse total de sol con miles de personas que viajaron a la región de Coquimbo y al sur de la región de Atacama para disfrutar del extraordinario fenómeno por dos minutos.
Desde este año se instaura el 2 de julio como el Día Nacional del Astroturismo para potenciar el sector turístico.
Pero para ser coherentes, si celebramos esta fecha, tendremos que hacernos muy responsables de mantener las condiciones que lo hacen posible, entre otras mejorar las capacitaciones e infraestructura, pero por sobre todo cuidar nuestros cielos de la contaminación lumínica.
Esta fecha será para que todos miremos hacia el cielo y veamos con nitidez que ahí está el futuro del turismo local. El futuro de una industria limpia, de interés mundial y con gran potencial.

Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo