Emilio Lazo, seremi de Minería, confiesa que la incertidumbre que generó el Covid-19 en sus inicios, llevó incluso a escuchar voces de índole política que pedían detener el sector, aludiendo mayores condiciones de seguridad para los trabajadores. Entre los desafíos está enfrentar las dificultades como el envejecimiento de los yacimientos y la baja de ley de los metales.
Más trabajadores empleados en faenas mineras, mayor demanda internacional de cobre producto del aumento de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) y la electromovilidad, y buenos precios del metal rojo en su cotización en la Bolsa de Metales de Londres mantienen un auspicioso panorama para el sector que más aporta al Producto Interno Bruto de la región de Coquimbo.
Ello en contexto de pandemia por el coronavirus y con la vacilación constante ante un eventual nuevo rebrote del virus.
Según el Secretario Ministerial del área, Emilio Lazo, la incertidumbre que generó la pandemia en un comienzo llevó a evaluar incluso detener el sector, luego de voces políticas que pedían mayor seguridad en los trabajadores. “En algún momento se evaluaba desde la variable política paralizar, pero desde la cultura de la seguridad, la minería rápidamente implementó los protocolos, resolvió los temas de abastecimiento, y lo que vimos es que hasta la fecha los porcentajes de contagios han sido súper bajos”, detalla.
Asegura que eso se logró por el trabajo colaborativo entre los actores públicos y privados, donde si bien se optó primeramente en resguardar a los trabajadores en las casas y bajar la movilidad en las áreas de trabajo, se mantuvo la producción, “con menos personas en faena, (pero) logramos ser lo suficientemente eficientes para mantener la manufactura, y en algunos casos aumentarla, y en la región tenemos ejemplos de eso”.
Actualmente, agrega, el desafío es mantener el dinamismo del sector, pero procurando convivir con el Covid. Así, el primer semestre fue positivo en la industria local, ya que la actividad logró un aumento del 2% en las personas que se desempeñan directamente en minería.
“Es casi un 2% pero cuatro mil personas no es algo menor, en un universo donde además estamos cuantificando los empleos indirectos. Según estadísticas del Consejo Minero, cada empleo directo se multiplica por 2,6 veces, eso quiere decir que, teniendo 260 mil trabajos, llegamos casi a los 900 mil indirectos, con todo este encadenamiento productivo que existe asociado a servicios de la minería”, destaca.
Desafíos
En cuanto a las proyecciones, Lazo comenta que “lo primero es seguir abasteciendo una demanda internacional que va creciendo exponencialmente en función de las energías renovables y de la electromovilidad. Ello, multiplica los consumos versus la variable normal. Por ejemplo, sostiene que “un vehículo eléctrico consume 3,5 veces más de cobre. Lo mismo las ERNC, por lo tanto, va a haber una demanda que, nosotros mismos como país, junto con el planeta nos hemos establecido metas bien ambiciosas que provocan más demanda” sostiene.
En ese contexto, señala que “debemos enfrentar dificultades como el envejecimiento de nuestros yacimientos, la baja de leyes, entonces, sin duda hay una sinergia tecnológica y de innovación, lo que llamamos la minería 4.0 que es evolucionar de manera sustentable y en función de incorporar estos elementos de manera constante en todos los procesos, y lo hemos estado haciendo hace muchos años”.
Aprovechando la conmemoración del Día del Minero, Lazo dio el anuncio del Fondo de Reactivación Minera 2021, con un monto de inversión de $350.000.000, provenientes del Fondo Nacional de Desarrollo Regional, buscan mejorar las condiciones de las faenas mineras, además de apoyar con recursos para seguridad e incorporación de fuentes de energías renovables en ellas.