Los pecados del gabinete que podrían dar nuevos aires al equipo de Luna

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Una serie de denuncias se han develado o han tenido consecuencias los últimos días dentro de varias Secretarías Regionales Ministeriales. Resulta que algunos personeros y cargos de alta dirección pública fueron acusados de malos tratos o acoso laboral contra funcionarios. En el actual contexto, el delegado presidencial Galo Luna, ha tenido y tendrá que tomar decisiones. Por lo pronto en Educación donde explotó el último escándalo. Una situación negativa, por cierto, pero que le da al representante del presidente Gabriel Boric la oportunidad de armar un grupo por él mismo, sin tener que dar demasiadas explicaciones.

El edificio de calle Prat no deja de moverse. De las agitadas aguas en las que nadaba la administración Naranjo, Gobernadora hoy suspendida del cargo, se recaló en las marejadas por donde navega el gabinete local, con el capitán Galo Luna haciendo cambios obligados en una tripulación que en los últimos días se ha ido ahogando víctima de sus propios motines.

Pecado original
Ocurre que el Delegado Presidencial ha estado moviendo las fichas y poco a poco, va conformando su propio equipo, uno que lo ha acompañado desde que asumió, tras la renuncia de Rubén Quezada, y que, se suponía era de su plena confianza, algo que puede ser cierto, o no, pero por más buena relación que pudiese existir, y la eventual positiva coordinación para trabajar mancomunadamente con estos seremis, ninguno puede escapar del pecado original de haber sido concebido bajo el mando del antecesor de Luna. Es decir, el actual gabinete es suyo, pero no son su decisión.

Poco a poco
Han sido pocos los cambios en general, tanto en la administración Quezada como en la de Luna, y tal vez por eso hoy se notan tanto. De hecho, el primer delegado hoy actual precandidato a Gobernador Regional, sólo realizó una modificación. Se trató de la salida de la seremi del Trabajo y Previsión Social, Claudia Santander Campillay, en diciembre del 2023, quien, se supone renunció por motivos personales, pero cuya salida siempre estuvo marcada por la duda respecto a su relación con los funcionarios y eventuales reclamos por el trato.
Galo Luna había ido en la misma línea y no había hecho modificaciones hasta que en mayo del 2024 tuvo que tomar acciones por la situación de la seremi de Energía, María Castillo. Pese a que públicamente, como reza la biblia de la diplomacia se dijo que su marcha era debido a “motivos personales”, según trascendió se le habría solicitado la renuncia por un eventual mal desempeño, y Luna tuvo que tomar cartas en el asunto, aunque, según cuentan fue algo sumamente complejo para él , ya que sabía que este supuesto mal desempeño y la constante presentación de licencias médicas por parte de la ex seremi estaban fundadas en la enfermedad de un familiar. Pero se tenía que hacer.

Decisiones complejas
Otro cambio importante que realizó Luna en su equipo, sin bien no tuvo que ver con el gabinete, sí reflejó una señal de lo que podía llegar a pasar a futuro en una nueva etapa de Luna en la Delegación, bajo sus reglas. Cambió a la jefa de prensa que había llegado con su antecesor y puso en su lugar a otro profesional de las comunicaciones que fuese de su confianza y que se ha movido por largos años en la escena política local acompañando a autoridades vinculadas al partido socialista. Pese a que Luna es militante PC, las reseñas respecto al trabajo de Daniel Silva quien venía directamente del municipio de Coquimbo, donde trabajó con el alcalde Ali Manouchehri, pesaron.
Dicen que cuando se hace algo por primera vez, la segunda es más sencilla, y la tercera, y la cuarta… En esta línea, Galo Luna ya había realizado dos modificaciones y de algo le habrán servido ahora, cuando ha tenido que tomar complejas decisiones, aunque justificadas.

Mala salud
El primer caso potente en el que Luna debió intervenir ante la presión mediática y de los funcionarios de la Seremi de Salud, fue el de Paola Salas, la titular regional de la cartera. Desde hace tiempo que se venía hablando de eventuales malos tratos por parte de la doctora y académica hacia trabajadores, y en su momento el tema explotó, y las denuncias llegaron al nivel central por lo que Luna debió desvincularla. Vendría más.

Injusticias
En la Seremi de Justicia no había tanta, al parecer. Hace pocos días se hizo oficial la renuncia del ahora ex Seremi Rubén García, y todo se realizó de manera tranquila. Se dijo que el abogado emprendía nuevos proyectos personales, y se le agradeció por la gestión realizada. Puras loas para quien en realidad se le había solicitado la renuncia por un caso de presunto maltrato a una trabajadora, abogada con un embarazo de siete meses, a quien habría agredido verbalmente mandándola a lavar la loza luego de un almuerzo y prohibiendo que la ayudaran, esto como represalia tras un conflicto. El caso fue develado por Diario La Región, ya que nadie dijo nada de manera oficial y ni siquiera los gremios tenían conocimiento. Se había ido con alfombra roja y por la puerta ancha, pero el polvo salió debajo del manto y la puerta se cerró por fuera.

Malas obras
Y esta semana salió a relucir lo del MOP, donde al parecer no se estaba obrando de la mejor manera. Hubo tres importantes cambios en sus direcciones locales, de las cuales, al menos dos de ellas, se explicarían por una serie de denuncias laborales hechas por distintos funcionarios en contra de sus jefaturas, situación que se le habría dado a conocer a la ministra de la cartera en su última visita a la zona. Se trató de direcciones regionales de Vialidad, Obras Hidráulicas y de Arquitectura del Ministerio de Obras. Evidentemente todas las decisiones pasan por Luna, pero