Locura total en China con las cerezas ovallinas: fenómeno explicado por un productor y el gremio agrícola

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En la capital de la provincia del Limarí, Jorge Hernández, cambió su producción de uva pisquera por el apetecido fruto que en el país extranjero representa amor, amistad y se regala como un bien preciado. Daniela Norambuenna, gerente de la Sociedad Agrícola del Norte, explica que el rubro debe avanzar en productos que requieran menos consumo de agua, pero también sean más rentables económicamente.

Es usual ver en países asiáticos la efervescencia que causa la llegada de un equipo de talla como el Real Madrid, un astro del futbol mundial como Lionel Messi o un actor de Hollywood. Ello es sinónimo de multitudes delirantes.
Y es que de esa forma fueron recibidas las cerezas de Ovalle que pisaron el mercado de Shanghái, en China, la segunda semana de octubre. Algarabía, locura, desórdenes, incluso flashes de cámaras para presenciar la tradicional apertura de las primeras cajas de este fruto procedentes de Chile. Los inaugurales primores venían, justamente, de la capital de la provincia del Limarí.
En el corazón de Ovalle, aledaño a su ingreso norte, están las plantaciones de la agrícola de Jorge Hernández, quien con orgullo comentó que está en plena cosecha de cerezas. Los árboles se plantaron el año 2019 y que este 2023 posee tres variedades, con un estimado de unos 10 mil kilos por hectáreas, en promedio.
Las cerezas se esperan con ansias en el gigante asiático, porque el fruto representa el amor, amistad y se regala como un bien muy preciado. Desde el territorio nacional se van del campo a un frigorífico, y de ahí por avión hasta llegar, en tres días, a los principales mercados chinos donde se venden como “pan caliente”.

Recambio de variedad
Pero el paso no fue inmediato. Hernández contó que el proyecto de cosechar cerezas lo analizó junto a otros amigos. Antes de eso, se dedicaban a la producción de uva pisquera, lo que involucró un recambio de esta variedad frutal. El detonante de esa decisión eran los precios pagados por la uva en el año 2019, que los hizo replantear definitivamente la continuación con ese producto. “Se nos dio la posibilidad de que apareció una planta en el sur y la verdad es que este proyecto se gestó en un mes donde decidimos sacar los parrones y plantar. En 5 meses teníamos todo armado”, dijo.

El productor posee estanques con sus carpetas de geomembranas, junto con su red de riego por goteo, pero, además, sistemas de programación del riego, incluso implementaron sondas de riego, junto a un monitoreo satelital. “Estamos jugando con todas las herramientas posibles para poder hacer eficiente el recurso hídrico, además se han utilizado mallas para manejar las temperaturas. Es un gran proceso y esta semana estamos en plena cosecha”, detalló para Semanario Tiempo.
Kilos por hectárea
El agricultor entregó datos sobre la producción de cerezas, aclarando que se puede contar con un huerto que cargue perfectamente 20.000 kilos sin problema, pero “para nosotros el objetivo es entregar cerezas primores, por lo que la idea es regular carga. Para nosotros regular carga significa dejar en la variedad Lapins aproximadamente no más de 12.000 kilos, ojalá unos 10.000 kilos en promedio, y en Santina, yo creo que el número va a estar por los 8.000 kilos por hectárea”.

La visión del gremio agrícola
Para Daniela Norambuena, gerente de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), dada la situación de escasez hídrica y el cambio climático que ha provocado una variabilidad en la región de Coquimbo, indicó que “se deben buscar alternativas. Primero, lógicamente, productos que requieran una menor cantidad de recursos hídricos, pero además que también sea rentable. Me refiero a que son productos que hoy sean de interés comercial para otros países, tanto para Estados Unidos, que principalmente es el país que recibe nuestros productos agrícolas, como también para Asia”.
Norambuena puntualizó que la región ha brindado una oportunidad para poder instalar el cultivo de cerezos en forma inédita. “Por lo general este es un cultivo que se ha dado principalmente en la zona centro-sur, pero ahora con algunas variedades que han requerido menos cantidad de horas/frío se ha podido desarrollar en algunos sectores del Limarí Bajo, incluso también en el Elqui Bajo, porque se requiere de una incidencia marina y también esta variabilidad que le permite a la planta también generar todo su ciclo fenológico”, precisó.
“Conocimos algunas variedades como Santina, Lapins o Brooks y hemos visto su comportamiento, se está introduciendo, sin embargo, es un cultivo de bajo requerimiento hídrico, con solamente 5.000 metros cúbicos por hectárea, casi un poquito menos que el agua para la uva de mesa, es un árbol que entra en dormancia, es decir, se le caen las hojas en invierno y finalmente se le entrega un riego mínimo solamente de mantención”, mencionó Norambuena respecto a esta opción productiva, entiendo la grave sequía que afecta a la zona. Agregó que “es una tremenda alternativa porque, además, es un producto muy apetecido por China, donde el kilo cuesta entre 15 a 20 dólares o más”.

La gerente SAN mantuvo que son muy buenas noticias para la zona y productores, quienes deben buscar nuevas alternativas de cultivo aprovechando el escaso recurso hídrico. También este mes (octubre) se abrió la posibilidad de las exportaciones de duraznos y damascos a China, productos que se cultivan con mayor fuerza entre Limarí y Choapa.