La importancia del mar en el contexto del Cambio Climático

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El mar es fuente de inspiración, de paz y de inmensidad, pero sobre todo es fuente de vida, no solo por la extraordinaria biodiversidad que alberga, sino que también porque todo el sistema de soporte de vida que conocemos en tierra depende del mar.

Lamentablemente el mar se enfrenta a numerosas amenazas, resultado de la actividad humana, que lo está destruyendo de a poco. Entre otras, la sobrepesca es la principal causa de pérdida de biodiversidad en el mar, sin embargo, la contaminación marina, la destrucción de los hábitats marinos, la introducción de especies invasivas y el cambio climático están poniendo al mar en una situación de vulnerabilidad impensada. Desafortunadamente, la mayor parte de los habitantes de este planeta solo conoce el azul de la superficie del mar, pero no tiene idea de lo que ocurre bajo esta.

Por eso, no es de extrañar que se desconozca el daño que el ser humano hace de manera sistemática al mar. En los últimos años, el cambio climático ha tenido un avance extraordinario en los impactos negativos en los océanos, entre los cuales se puede mencionar: 1) un aumento de casi 1 grado en la temperatura superficial del mar desde el 1900 hasta la actualidad, lo que ha generado la muerte de numerosos arrecifes de coral, cambios en los patrones de corrientes y disminución de la concentración de oxígeno; 2) un aumento de casi un 30% de la acidez de los océanos en los últimos 200 años, lo que está dañando seriamente a los organismos que tienen conchas o esqueletos calcáreos, como los moluscos, crustáceos y corales; 3) aumento del nivel del mar, que ha inundado las zonas costeras y las naciones insulares con territorios bajos, generando los primeros migrantes climáticos de nuestro planeta; 4) aumento de los eventos climáticos extremos como marejadas, tormentas y olas de calor, que producen mortalidades masivas de especies, pero también efectos catastróficos en las infraestructuras costeras.

Por esto, el cuidado del mar es clave para evitar consecuencias catastróficas para la vida en nuestro planeta. La creación de áreas marinas protegidas (AMPs) ha sido una herramienta clave para reducir los efectos del cambio climático y eventualmente revertirlos en el futuro. El principio fundamental se basa en mantener ecosistemas sanos, libres de las numerosas amenazas a la biodiversidad, y que por ende son más resilientes (capaces de resistir y recuperarse) frente al cambio climático. Además, las AMPs protegen numerosos hábitats capaces de almacenar grandes cantidades de carbono (como humedales y bosques de macroalgas), protegen la costa y las comunidades costeras, y protegen a numerosas especies que migran y que pueden encontrar refugio en estos ambientes protegidos, a pesar de estar amenazadas fuera de ellos.

Es el momento de pensar en las futuras generaciones y en el legado que queremos dejarles. Por esta razón, a nivel mundial se está abogando por la protección del 30% de los océanos, solución que, en conjunto con otras medidas como la reducción de emisiones da una pequeña luz de esperanza a la humanidad.

Carlos F. Gaymer
Director Centro de Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas (ESMOI)
de la Universidad Católica del Norte