La investigación de UCN se desarrolló juntó con Scallop Chile S.A., empresa dedicada al cultivo, procesamiento y comercialización del ostión del norte, y Sol Tardío S.A., entidad asociada al Gremio de Pescadores Artesanales de Tongoy.
Gracias al estudio de la Universidad Católica del Norte (UCN), se pudo establecer que los cultivos de ostión del norte junto a las algas tuvieron resultados positivos, pues los ostiones presentaron mayor calibre en músculo, y gónadas más grandes que las especies de cultivo tradicional; mientras que las algas crecieron en mayor proporción en largo y biomasa.
La investigación denominada “Cultivo multitrófico integrado de ostión del norte (Argopecten purpuratus) y chicorea de mar (Chondracanthus chamissoi), como herramienta para el desarrollo de una acuicultura sustentable que fortalezca la adaptación al cambio climático”, fue financiada por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), y permitió evaluar la interacción de ambas especies en un sistema de cultivo multitrófico integrado.
El director de la iniciativa, Cristian Sepúlveda Cortés, investigador de la UCN, explicó que el proyecto buscaba avanzar en una línea de trabajo que diera otra herramienta más de manejo a la industria del ostión, para aportar al diseño de estrategias de adaptación al cambio climático basado en los cultivos multitróficos con especies de interés comercial como la chicorea de mar.
El la acuicultura multitrófica integrada ambos recursos se favorecen en una relación sinérgica: por un lado, el ostión -que está sometido a bajas de oxígeno de manera permanente y que producto de su metabolismo excreta principalmente amonio al medio-, se puede acoplar a la existencia del alga chicorea de mar; que además de fijar dióxido de carbono produce oxígeno a través de la fotosíntesis lo que puede mejorar la supervivencia del ostión en momentos de bajas de oxígeno (suboxia), pero además es capaz de integrar en su maquinaria metabólica el amonio como un nutriente para crecer.
A su vez, el ostión dispone y utiliza el oxígeno aportado por el alga para sus procesos metabólicos, favoreciendo a su crecimiento y desarrollo; la presencia del alga en este sistema provee condiciones estables de oxígeno y pH en el medio de cultivo, lo que genera un efecto benéfico sobre el ostión, que suele ser sensible a las fluctuaciones de estas variables. Todo esto cierra un círculo virtuoso y que es natural en el ambiente como en las áreas de manejo, sin embargo, en la actividad acuícola aún es emergente, pero muy necesario de implementar.
Con la investigación se estableció que el alga y el ostión, cultivados en las mismas líneas, mejoran las condiciones para ambas especies, en comparación con monocultivos. Cristian Sepúlveda propone que el alga sea parte de una estrategia que puede mejorar la resiliencia de la industria del ostión, molusco que está sometido a los efectos adversos de surgencias permanentes y continuas en el tiempo generando condiciones de suboxia lo que afecta en el aumento de mortalidades en la industria.
Con la investigación también se abre la posibilidad a un nuevo negocio, pues la chicorea de mar es una de las algas que tiene el mayor valor precio FOB de exportación, cuenta con un canal de comercialización como insumo para la industria, y puede llegar a 30 dólares el kilo, precio seco, para consumo humano. Por ello, resaltó Cristian Sepúlveda, el hecho de que la chicorea se cultive en sistemas complementarios y en long-line, “significa que el alga no tendrá ni piedras, ni conchas, ni arena, es decir, hay un negocio en cierne, hacer co-cultivo de algas y ostiones, de manera de tener los dos productos”, dijo.