Habría convenio suscrito entre la sanitaria para destrabar el escenario de escasez hídrica que afecta a la zona, específicamente a unas 8 mil personas de la comuna de Illapel. Todo ello posterior al conflicto en Peralillo y la negativa de la comunidad para hacer pozos.
Febrero sería la fecha límite prevista para un eventual racionamiento en el consumo de agua potable para Illapel. Pero las negociaciones avanzan y variadas fuentes de Gobierno confirmaron que habría una solución a falta de recurso que amenaza con el suministro de unas 8 mil personas de esa comuna.
Es una información que se maneja cautelosamente no solo en la empresa sanitaria Aguas del Valle, sino además en diversas instituciones de gobierno, luego del conflicto en la localidad de Peralillo, tras la gestión inconclusa de la empresa por construir pozos para desviar el agua a la ciudad.
Así, se habría firmado un convenio entre la concesionaria y el Municipio de Salamanca que estaría ad portas de comunicarse a la población. Se trataría de la construcción y una serie de obras para inyectar el vital elemento desde Salamanca a Illapel, a través de un acueducto.
Para ello, ya existiría un acuerdo entre la municipalidad, celebrado en marco de trabajos del artículo 52 Bis de la Ley General de Servicios Básicos, donde los prestadores pueden establecer, construir, mantener y explotar sistemas de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas servidas en el ámbito rural, bajo la condición de no afectar o comprometer la calidad y continuidad del servicio público sanitario.
Según los conocedores del caso, las obras específicas que realizaría la empresa se concentrarían en los zonas semiurbanas de Salamanca y permitirían solucionar el apremio del racionamiento, y descomprimir la presión que se ejerció durante el segundo trimestre en 2020.
Por ello, los anuncios serían entregados la semana que viene, aunque tanto el Municipio de Salamanca, como la Gobernación de Choapa, incluso Aguas del Valle, evitaron hacer declaraciones a Semanario Tiempo.
Sería la medida central a una serie de iniciativas que Aguas del Valle contemplaría en la zona.
En septiembre del 2020, la productora de agua potable tenía proyectado invertir $1.400 millones para la construcción de dos pozos de 70 metros, en el sector de Peralillo, y levantar una conducción de 3,5 km para llevar el agua hasta la estación N°1 Limáhuida, y de ahí trasladarla por 17 kilómetros, hasta la planta de agua potable en Illapel.
Los vecinos de la comunidad en Peralillo, por varios días bloquearon los ingresos al sector, impidiendo que la sanitaria ingresara a la localidad a materializar el proyecto.
“Nuestro deber es adelantarnos a escenarios excepcionales y trabajar desde ya para mantener la continuidad de suministro para el próximo verano. Nuestro compromiso, además, es resguardar los APRs locales y queremos garantizar que a los habitantes de Peralillo no les faltará agua”, dijo en su momento el subgerente zonal Limarí – Choapa, Alejandro Salazar en una reunión con algunas comunidades del sector.