“Una planta desaladora como la que estamos haciendo, que por lo demás es la más avanzada, no está antes del 2028 o 2029”, comentó a Semanario Tiempo el gerente Regional de la sanitaria, Andrés Nazer, quién además confesó de acuerdos con los administradores de los embalses para que cuando éstos lleguen a los niveles “más críticos”, se priorice el recurso para el consumo humano.
La empresa sanitaria Aguas del Valle (ADV) proyectó hasta abril del 2024 el periodo máximo para reingresar a evaluación ambiental la iniciativa de impulsar y construir una planta desalinizadora de agua de mar para abastecer y asegurar el consumo humano de las ciudades de La Serena y Coquimbo.
En entrevista con Semanario Tiempo, Andrés Nazer, gerente Regional de Aguas del Valle, indicó que la empresa está realizando una serie de campañas para profundizar y actualizar los estudios de líneas de bases asociadas al proyecto (invierno, primavera, verano y otoño), las que ejecutadas permitirán reincorporar la propuesta al sistema. “Estimamos que vamos a estar reingresando los primeros tres o cuatro meses del próximo año”, precisó.
Cabe recordar que, en 2022, la compañía sufrió un revés en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) al presentar este proyecto. Sin embargo, ADV busca cerrar cualquier flanco para iniciar su construcción lo antes posible. En ese sentido, Nazer aseguró que el complejo mantendrá algunas características a la idea original, como los volúmenes de producción de 1.200 litros por segundo, en etapas, aunque los montos de inversión podrían elevarse por la infraestructura para trasladar el recurso hacia las ciudades y el alza en los costos de los materiales.
Respecto al cronograma, Nazer consideró que el periodo de tramitación ambiental en el SEIA podría tardar unos dos años, además de un plazo adicional para obtener los permisos sectoriales. “Eso significaría que, una planta desaladora como la que estamos haciendo, que por lo demás es la que está más avanzada, no está antes del 2028 0 2029. Ese es el escenario, hay dos años de permisos del sistema ambiental y después vienen unos tres-cuatro años de construcción, ese es el estándar”, dijo.
El proyecto original planteaba que unas 78.000 familias serían beneficiadas, como también que permitirá respaldar el consumo humano de agua potable para la conurbación, y luego, de ser requerido, para otras localidades de la región, como Ovalle y Andacollo. Su emplazamiento estaba declarado en el sector El Panul, al sur del casco antiguo de la ciudad puerto.
Acuerdos para asegurar el suministro
Según el gerente Regional de ADV, Andrés Nazer, la situación compleja para la empresa es seguir enfrentando el duro panorama hídrico de la región de Coquimbo y asegurar el abastecimiento del vital elemento para el consumo humano. Todo mientras llega esta solución. En ese contexto, ADV ha establecido acuerdos con los administradores de los embalses y las distintas juntas de vigilancia de los ríos para que cuando éstos lleguen a los niveles “más críticos”, se priorice el agua para las personas.
“Todo eso es un trabajo que hemos venido realizando, y que tenemos que hacer todos los años, con las juntas de vigilancia y con las autoridades para poder disponer de agua hasta cuando llegue una planta desaladora”, reiteró.
“Si uno mira al mar, no hay problema de agua, hay un problema de solución para potabilizarla”, sentenció.