Un mayor precio por kilo, generación de trabajo en temporada baja y un menor consumo de agua, son características que hacen a este cultivo una alternativa para la diversificación productiva en la zona.
Diversas son las ventajas que están alzando al cultivo de cerezas como la gran opción para enfrentar la severa escasez hídrica y revertir la pérdida de competitividad de la agricultura regional, entre ellas destacan un mayor precio por kilo y un menor consumo de agua, características ideales para el desarrollo de una fruticultura regional más sustentable.
Como ejemplo de lo anterior, en 2023 a nivel nacional el precio promedio del kilo de cerezas fue de 6,2 dólares (FOB), mientras que el kilo de uva de mesa fue de 1,7 dólares. Este dato forma parte de un informe que fue presentado por Víctor Muñoz, gerente del Programa Estratégico Regional Fruticultura Sustentable Coquimbo, durante el Tercer Seminario Internacional de Cerezas Primores, actividad realizada en Ovalle.
“Es crucial seguir implementando medidas de gestión del agua y promover prácticas sostenibles para garantizar la viabilidad a largo plazo de la agricultura en la región, acciones que no solo fortalecerán la seguridad hídrica y la productividad agrícola, sino que también brindarán un respaldo sólido para la inversión y el desarrollo económico, es aquí donde surgen alternativas productivas, donde el cultivo de cerezas, por ejemplo, pueden hacer que la región recupere la competitividad perdida”, aseveró Víctor Muñoz.
Esta visión es compartida por Jorge Astudillo, ingeniero agrónomo y gerente de producción de la Agrícola Valle Arriba, entre otros cargos, quien sostuvo que “en la cereza hemos encontrado un cultivo que, más allá de la eficiencia hídrica, también tiene una participación importante como alternativa dentro de la zona respecto a la rentabilidad que ofrece y a la mano de obra que genera”.
Es más, de acuerdo con el profesional, el cultivo de este fruto cumple con los tres aspectos de la sustentabilidad. En la parte ambiental destaca el bajo consumo de agua, siendo la demanda hídrica muy inferior a la que demandan los cítricos o los paltos; mientras que, en términos económicos, ofrece mayores retornos a los productores, en especial si la cosecha es temprana; respecto a la parte social, este cultivo genera centenares de puestos de trabajo en toda la cadena productiva.
ACCIONES CONCRETAS.
Impulsar el desarrollo de una fruticultura sustentable en la Región de Coquimbo, es el gran objetivo del Programa Estratégico Regional Fruticultura Sustentable Coquimbo, una iniciativa ejecutada por Frutas de Chile y cofinanciada por el Gobierno Regional y Corfo.
Si bien la situación hídrica aún presenta desafíos importantes para el sector agrícola regional, se observa una capacidad de adaptación y resiliencia que ha permitido mitigar riesgos y tratar de mantener los niveles productivos. Para la gobernadora Regional, Krist Naranjo, “el futuro de la agricultura debe ser sustentable, por lo que la existencia de cultivos que vayan por este camino es una muy buena noticia, sobre todo porque no sólo considera la rentabilidad del negocio, sino que también se preocupa de las personas y del medio ambiente”.
Andrés Zurita, director regional de Corfo, añade que, por parte del Estado, existen grandes esfuerzos y apoyos para el desarrollo de una agricultura sustentable, donde el cerezo tiene un papel importante. “Hoy tenemos en ejecución diversos instrumentos, como Red Asociativa, Red Proveedores y la Red Mercados, que buscan desarrollar y consolidar negocios asociativos en torno al cerezo, explorar nuevos mercados para la fruta temprana, como también mejorar la productividad y la calidad de la fruta”, indicó Zurita.
Los productores que deseen más información sobre este Programa Estratégico Regional Fruticultura Sustentable Coquimbo pueden visitar el sitio web www.frutascoquimbo.cl o pueden contactarse a través del teléfono +56 9 5078 2513.