Los Sistemas de Captación de Agua de Lluvia (SCALL) buscan incrementar la disponibilidad del recurso para uso doméstico, producción agropecuaria, combate de incendios forestales y consumo animal. Las y los integrantes de la Comisión de Recursos Hídricos del cuerpo colegiado conocieron en detalle algunas experiencias de otras regiones y países.
Una detallada presentación hizo ante las y los integrantes de la comisión de Aguas y Recursos Hídricos del Consejo Regional (CORE) el profesor titular de la Universidad de Talca y Universidad de Chile, quien además dirige la Cátedra Unesco Hidrología de Superficie, Roberto Pizarro. ¿El tema? Los Sistemas de Captación de Aguas Lluvias, como una apuesta probada frente a escenarios de incertidumbre climática.
Entre las soluciones país, se plantea la ejecución de planes de restauración hidrológica forestal, a fin de recargar acuíferos y retener sedimentos, destacando la importancia de propiciar la presencia de vegetación y obras retenedoras, como zanjas de infiltración y diques.
Un elemento fundamental en esto es contar con una plataforma de monitoreo y gestión de recursos hídricos, que considere información hidrológica, ambiental, legal e institucional, y lo relacionado con desastres naturales de origen hidrológico; además de la creación de un fondo para la investigación en torno al agua y para la definición de políticas públicas eficientes; y la implementación de Sistemas de Captación de Aguas Lluvias (SCALLS) urbanos y rurales.
Como detalló el experto, “necesitamos una política pública desde los gobiernos regionales, que utilicen este tipo de tecnologías y visualicen con identidad temporal y espacial muy certera, cómo se van a ir implementando los proyectos. Es decir, si vamos a trabajar en el sector rural, se requiere de una continuidad en términos de los modelos, cómo se van estructurando, cómo podemos ir satisfaciendo necesidades y eliminando los camiones aljibes para no tener un gasto, sino para ir solventando una inversión que nos va a eliminar este gasto”.
Pizarro enfatizó en que se debe priorizar la captación de aguas lluvias para zonas rurales, para asegurar la permanencia de los pobladores, fomentando, además, la generación de agricultura, de minería y potenciando la cultura ligada a la ruralidad.
“Con un plan concreto de inversiones, podemos satisfacer las necesidades de estas personas y grupos familiares, dejamos de lado los camiones aljibe y nos aseguramos de que las personas tengan un abastecimiento de agua satisfactorio, digno, sustentable y en el marco de soluciones basadas en la naturaleza, porque es nuestra propia agua lluvia la que capturamos y utilizamos localmente, dijo.
Al respecto, el presidente de la comisión de Recursos Hídricos, Cristian Rondanelli, dijo que “este es un enorme desafío para nuestra región. En cierta medida, también se ha venido desarrollando en nuestra zona, para poder hacerle pelea a la desertificación, por un lado, ya que considera poder hacer reforestación en ciertos sectores, además de la colección de aguas lluvias a través de zanjas y diques en quebradas, entre otros. Acciones que, como CORE, también hemos planteado”.
El consejero puntualizó que se debería trabajar a través de los diferentes entes del Estado, como son los ministerios de Agricultura y Obras Públicas, para concretar iniciativas como estas. “Nosotros como CORE siempre vamos a estar abiertos a brindar el apoyo necesario desde nuestra área, y esperamos que nuestra Gobernadora Regional también muestre un interés por puntos como estos, que son tremendamente importantes para el desarrollo de nuestra comunidad”, agregó Rondanelli.
Por su parte, el vicepresidente de la comisión y consejero regional por Choapa, Darwin Ibacache, señaló que “ahora esperamos que el Gobierno y el ejecutivo de nuestro Gobierno Regional puedan concretar estas iniciativas que, si bien necesitan estudios, pueden terminar en acciones concretas, sobre todo para las zonas rurales de nuestra región, que han sido afectadas por décadas. Aquí estamos hablando de iniciativas que son aterrizadas para nuestros vecinos y que, sin duda, podrían garantizar el consumo de agua para las familias, además del riego y otras producciones”.
Uno de los antecedentes críticos que entregó el catedrático, es la baja inversión del país en investigación y desarrollo, detallando que a estos fines se destina solo el 0,34% del PIB, mientras que los países de la OCDE tienen una inversión superior al 2% de sus PIB para estos fines. Y no solo eso, sino que agregó que el 0,002% del PIB se invierte en investigación y desarrollo en temas de agua, mientras que “el agua representa el 60% del producto interno bruto de Chile. Así es como invertimos muy poco en ciencia y tecnología y, por lo mismo, tenemos muy poca capacidad de transferencia, poca generación de conocimiento y de tecnología”, finalizó.