Espacios públicos

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Nunca hay que perder la fe. Al menos esta semana se hizo un anuncio para recuperar los espacios públicos de La Serena y Coquimbo que han sido ocupados por el comercio ambulante informal. Esto replicando la estrategia utilizada en Santiago de “copamiento” de los espacios.
Esta semana también se presentó una encuesta CADEM relativa a la entretención de los chilenos incluyendo nuestra región, cuyos resultados son tristes, por decirlo suave.
Pero cuál es el vínculo entre ambos temas. Muy claro. La necesidad de generar espacios públicos aptos para la entretención y esparcimiento de las familias.
Y es que existen muchísimas familias viviendo en departamentos de 45 metros cuadrados, cuyo espacio vital se reduce a un dormitorio y una cocina minúscula, por lo tanto su calidad de vida y si entretención pasa necesariamente por la disponibilidad de espacios públicos gratuitos y adecuados que permitan realmente compartir con seguridad.
Hoy, sin embargo, no sólo con el comercio ilegal, sino con los crecientes hechos delictivos, el encierro de las personas en sus diminutos espacios propios se va acentuando.
Existen países como España o Argentina y en general cualquier país desarrollado, posee adecuados y bien implementados espacios públicos para recreación.
En La Serena muchos dicen que tenemos la Avenida del Mar, pero si no se invierte en ella y no se hace el mantenimiento mínimo para su comodidad, el destino deja de ser atractivo.
Algo similar ocurre, por ejemplo, con paseos y avenidas que hoy permanecen destruidos y abandonados. De hecho, un espacio en calle Larraín Alcalde de La Serena tuvo más de 3.000 millones de pesos en inversión, pero no es usado por falta de mantenimiento. Desde la basura, hasta las malezas. Desde el óxido en los juegos hasta la rotura de luminarias.
En fin. Sacar a los delincuentes y a los comerciantes ilegales de los espacios públicos es un primer paso. Pero luego está la obligación de dar mantenimiento y cuidado a esos espacios, que no son un lujo, sino una necesidad vital para miles de familias.

Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo