Por si usted no lo sabía, somos el país que genera más basura diaria en Sudamérica:1,26 kilos de desechos diariamente. De ella, apenas el 1,5% es reciclado en nuestro país. A pesar de las campañas y los esfuerzos, el resultado sigue siendo pobrísimo.
En 2019 se generaron más de 350 millones de toneladas de residuos de plástico y alrededor de dos tercios provenía de plásticos con una vida útil menor a cinco años. Si bien el 15% del plástico se recoge para ser reciclado, finalmente el 40% no pasa por el proceso y termina siendo eliminado como basura. ¿El resultado? El reciclado efectivo de plástico alcanza sólo el 9%.
En Chile, el 45% de los municipios no tiene un servicio de reciclaje municipal y los que declaran tenerlo a veces se reduce solo a un par de contenedores. Pero también hay casos emblemáticos como el de la Pintana, que es un ejemplo latinoamericano en compostaje.
Pero sin lugar a dudas antes de aumentar el porcentaje de reciclaje, debemos generar el cambio previo, de consumidor consciente que busca y selecciona productos también considerando de manera relevante la cantidad de basura que se genera al momento de adquirir ese artículo.
Reducir el consumo y reutilizar lo que podamos es el primer paso. Genera menos basura el segundo. Luego de haber hecho el máximo esfuerzo en esas dos etapas, podremos enfocarnos en el problema de disposición final de desechos y reciclaje. El reciclaje consume energía y utiliza recursos, logística, transporte.
En eso las opciones biodegradables corren con ventaja, al evitar la contaminación de sue-los y aguas en su descomposición, la que además suele ser corta en comparación a otros materiales. Tienen origen natural y reducen las emisiones de carbono, junto con presentar propiedades excepcionales en cuanto a las necesidades de consumo, packaging y acarreo.
Es importante transparentar el proceso y motivar a las personas y empresas a gestionar sus residuos. La Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) ya es un paso para que las empresas cumplan metas en cuanto a los envases y embalajes, entre otras prioridades. Pero todos tenemos una labor y como comunidad debemos apoyar y ayudar a generar menos residuos cambiando algunos hábitos de consumo y tratamiento.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo