El E-commerce crece en forma sostenida desde hace más de una década. Sin embargo, la pandemia del Covid-19, le dio impulso para un desarrollo meteórico en menos de dos años. Con la pandemia aún no resuelta, en 2022 la tendencia se profundizará. Hoy, tres de cada diez personas en el mundo utilizan los medios digitales para adquirir bienes de forma habitual y es posible que, hacia fin de año, esa cifra llegue a cuatro.
Este año, el desafío común de las empresas que quieran diferenciarse, estará enfocado en la experiencia. Una mayor sencillez a la hora de ejecutar la compra, se combinará con la tendencia hacia la hiperpersonalización del cliente.
La customización será la llave para que el consumidor acepte que se usen sus datos, siempre que se respete su privacidad, la marca se adapte a sus gustos y le brinde beneficios o privilegios. El cliente busca que lo tengan en cuenta como individuo, en lugar de ser un número en una base de datos.
Una de las tendencias más fuertes son las ventas “directas al consumidor”, que permiten a las marcas lograr una estrategia de comunicación totalmente orgánica, bajar los costos de intermediación y una experiencia de marca más completa. No obstante, las D2C no serán para todos y la mejor opción serán las grandes plataformas, que ya cuentan con millones de usuarios, depurados sistemas de compra y aceitados mecanismos logísticos para las entregas.
El content marketing continuará tomando relevancia frente a la publicidad programática. Los videos cortos cortos que posean contenido relevante, serán las estrellas. También, será fundamental incluir la interactividad con el público para tener una conexión más personal con el público.
Los límites entre el mundo virtual y el real son cada vez más difusos, especialmente en las redes sociales, donde lo bueno y lo malo se amplifica sin límites. En este contexto, el comercio social, que es el proceso de comprar directamente desde las redes sociales, es impulsado como una alternativa cada vez más consolidada, de compra online. Lograr una buena gestión y reputación será clave en este entorno.
La combinación de las actividades diarias de las personas, entre online y presencial, ha llevado a que los clientes ya no diferencien entre la venta virtual y presencial, quieren cualquier producto en cualquier lado. Es por ello que tener un catálogo extendido será el complemento fundamental entre los locales físicos y virtuales. Los clientes que prefieran la atención y el ambiente presencial, podrán tener un catálogo que vaya más allá del inventario físico que tenga el lugar. Así, el vendedor podrá ofrecer y asesorar en forma presencial, sobre un stock amplificado que se encuentre online. A su vez, el usuario de la tienda online, podrá contactar un vendedor para ser asesorado sobre su compra.
El comercio B2B, se encuentra en un proceso de canibalización de la fuerza de venta que está siendo sustituida por el e-commerce. Según los datos de Statista Analysis, más del 23% de las empresas realizan el 75% o más de sus compras online. Las empresas deberán adquirir sistemas para entrar dentro de esta tendencia, o quedarán relegadas frente a la competencia. De esta manera, es clave digitalizar las ventas B2B con el fin de ahorrar tiempo, automatizar los procesos y, de esta manera, el cliente logre por sí mismo, sin intervención humana, comprar lo que quiera.
Por último, comienzan a masificarse las criptomonedas. Tesla, la automotriz más valiosa del mundo, acaba de anunciar que comienza a aceptar Dogecoin para la venta de su merchandising y algunos grandes bancos y plataformas de pago como PayPal, Airtm o Visa, ya incluyen las criptomonedas dentro de sus alternativas.
El 2022 será un año cambiante. No obstante, seguir de cerca e implementar los cambios que marcan las tendencias, significa estar un paso adelante y marcar la diferencia frente a la competencia.