Educación y profesores

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¿Alguien pude poner en duda de que la educación es el pilar fundamental para el desarrollo del país? Y en esa afirmación ¿qué rol juegan los profesores? (y qué tipo de profesores para los desafíos actuales del mundo).
Lo cierto es que en octubre de 2022, la Unesco alertaba sobre una crisis mundial de escasez de docentes y señalaba que se necesitarán 69 millones de profesores para alcanzar la educación básica universal en 2030. En Chile según estudios del MINEDUC y Elige Educar, se proyecta un déficit de 26.273 profesores para el año 2025.
Según un estudio de la Universidad de Chile, la matrícula en carreras de Pedagogía cayó un 35% entre 2018 y 2021. En 2022 según el Consejo Nacional de Educación (CNED) la matrícula total y de primer año de pedagogías tuvo una alta variación anual negativa de -7,2% y -8,1%, respectivamente.
Esto incluso existiendo un importante incentivo con la beca Vocación de Profesor dirigida a estudiantes que se matriculen por primera vez en una carrera de Pedagogía, Educación Parvularia o Educación Diferencial. Una ayuda monetaria que financia los años regulares de duración de la carrera, con un compromiso posterior de retribución del estudiante becado en el sistema de educación.
Y eso se puede lograr con requisitos tan (vergonzosamente) básicos como obtener 625 puntos ponderados, entre Competencia Lectora y Matemática 1, en la PAES o PDT de invierno o bien obtener 595 puntos en la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES), si es que el estudiante pertenece al 10% de los mejores egresados de su establecimiento e ingresa a la educación superior el año siguiente de finalizar su enseñanza media.
Es decir que el incentivo básico existe, pero para educar según qué parámetro y para qué realidad. Quizás ahí este el otro gran desafío, asumiendo que la forma actual de educar no tiene nada que ver con la forma en que está cambiando el mundo, en el que muchas de las actividades productivas que conocemos dejarán de existir en poco tiempo más por el arribo la Industria 4.0, también conocida como la Cuarta Revolución Industrial.
La advertencia es que en la educación los estudiantes no pueden seguir siendo considerados “empleados” desde que ingresan al sistema escolar. Se requiere una educación que desarrolle talentos, creatividad.
Quizás sea bueno repasar y rescatar el aporte de Gabriela Mistral al respecto, con su idea de que el bagaje pedagógico se construye con empatía, práctica y teoría, en el que prima la diversidad cultural, de ideas y pensamientos, con el protagonismo de niños y niñas. No por nada escribe: “Enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clase. Enseñar con actitud, el gesto y la palabra”.

Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo