La baja cifra es la cuarta de peor desempeño en el país y entre los representantes gremiales ven con alerta las trabas para inyectar mayor dinamismo privado. En ese sentido, piden mayor certeza jurídica, incentivar la inversión concesionada y acabar definitivamente con la permisología.
Una bofetada a la reactivación económica de la región de Coquimbo reveló las cifras del Banco Central de Chile. El desplome del dinamismo financiero en la zona, gatillado por el crecimiento de solo un 1,3% del Producto Interno Bruto (PIB) Regional encendió las alarmas en el empresariado.
Según el ente rector, la cifra equivale un valor de 6.395 miles de millones y fue la cuarta de peor desempeño en el país, afectando especialmente a la industria manufacturera, en particular a la elaboración del vino. Cabe recordar que en 2023, el PIB Regional logró un 3,5%.
En cuanto a las actividades, destacó la contribución de los servicios personales, el transporte y la minería. El consumo de los hogares varió 0,6%, resultado que fue incidido principalmente por el mayor consumo de servicios, destacándose los de transportes y comunicaciones.
Felipe Páez, presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) La Serena, indicó que “nuestra región tuvo una clara desaceleración y si analizamos el crecimiento nuestra industria regional durante el 2024, la cifra es baja”. “Sabemos que la construcción es el principal termómetro de la inversión y del empleo, de manera que el aporte del sector para que genere un mayor impacto debe ser sobre el 4%. Ahora, si lo comparamos con la fuerte caída del 2023 de un -5,8%, claramente vemos que el sector ha tenido un repunte, una señal de recuperación, pero que ha sido muy lento”, agregó.
Para el dirigente gremial, “el crecimiento de la región y el dinamismo de nuestra industria, depende de la ejecución de proyectos privados, para lo cual se requiere certeza jurídica; y de proyectos de infraestructura pública, especialmente concesionados y hoy, contamos con varios proyectos gatillantes como hospitales, proyecto de circunvalación, tramo urbano Ruta 5 Norte, aeropuerto y planta desaladora, los que no solo darán una nueva y mejor estructura a la región, sino mayor plusvalía a los proyectos inmobiliarios, y con ello, un alto impacto de oportunidades a nuestra metrópoli (…) Impulsar estas obras e incentivar la inversión es lo que nos permitirá mover las grúas y crecer como región”, destacó Páez.
Marcos Carrasco, presidente de la Multigremial Región de Coquimbo, coincidió que se trata de una cifra “bastante baja, que demuestra que hay un estancamiento económico”.
“Nosotros, como país, cuando crecemos entre un 4 a 5% de manera sostenida, toda la cadena productivo y sectores se ven beneficiados. (Esta cifra) Es muy baja para lograr esa estabilidad y la reactivación económica que estamos esperando”, añadió
Carrasco solicitó a las autoridades a que puedan trabajar rápidamente en acciones que puedan hacerse cargo del descenso sostenido. En ese sentido, apostó mayor colaboración para “sacar adelante el proyecto de permisología que permitiría destrabar proyectos, especialmente mineros, que están esperando su RCA (Resolución de Calificación Ambiental) o los permisos sectoriales que les permiten construirse”.
El presidente de la Multigremial de la Región de Coquimbo recordó que la zona no solo sufre los embates de la sequía, afectando la capacidad productiva del rubro agrícola, sino que la construcción se ha visto golpeada por las alzas de intereses para quienes piden créditos hipotecarios.
“Si a eso sumamos la estacionalidad del turismo, hacen que todo este escenario sea muy difícil en la región de Coquimbo. Nuestra región es multisectorial, pero no con una industria potente que sume al resto de los sectores”, sentenció.