Especialista agrega que es lamentable que en Chile esté “paralizado” el avance de esta tecnología.
La baja en los costos y la sustentabilidad son algunas de las características que hacen de la desalación una tecnología cada vez más competitiva para la generación de agua potable, transformándola en una solución para enfrentar la grave crisis hídrica que está experimentando gran parte del mundo.
Así lo destacó el presidente de la International Desalination Association (IDA), Carlos Cosin, quien fue el orador principal del diálogo organizado por el Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) y que analizó la viabilidad de utilizar más intensamente este sistema en nuestro país.
El presidente de la IDA destacó el terreno que ha ido ganando en el mundo la desalación, gracias a haber resuelto uno de los problemas que limitaban su desarrollo: el alto consumo energético.
Explicó que este es un tema que se ha ido disipando por la incorporación de nuevas tecnologías, especialmente las de membrana.
“La ósmosis inversa, por ejemplo, ha disminuido el consumo a 3,5 y 4 kw-h /m3. Si combinamos esta tecnología con la producción de energía renovable fotovoltaica y los actuales precios de mercado, estamos ante una clara opción sostenible que permite reducciones importantes de las tarifas del agua y una producción neutra de emisiones”, afirmó.
Con respecto al impacto ambiental, aseguró que existe una clara tendencia a la sustitución de las antiguas plantas de desalación térmica por plantas de mayor eficiencia, contribuyendo a suministrar agua potable en zonas áridas y reduciendo las emisiones.
“Asimismo, los avances en las energía renovables -solar, eólica, geotérmica y nuclear-, están permitiendo que la desalación sea una tecnología ecológica y sostenible. Por ejemplo, Australia es pionera en la desalación con energía eólica y Arabia Saudita con fotovoltaica.”, puntualizó.
Explico, además, que la energía termosolar tiene gran potencial de desarrollo y puede aportar ventajas medioambientales reduciendo emisiones y, combinada con otros avances tecnológicos, puede ayudar reducir la producción de salmuera.
Situación en Chile
Sobre las perspectivas de un mayor uso de la desalación en Chile, el director ejecutivo del CPI, Carlos Cruz, indicó que hay cerca de 24 plantas desaladoras operando, a lo que Cosin añadió que pese a haber sido nuestro país pionero en la introducción de esta tecnología, ahora se nota una especie de “paralización”.
“Aún se está debatiendo de quién es la propiedad del agua desalada”, aclaró.
Al respecto, el presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, agregó que Chile está entrampado en una discusión política que no ha permitido impulsar un mayor desarrollo de plantas de este tipo.
“Como gremio pensamos que Chile requiere de una matriz hídrica, diversificada por región, que contemple distintas fuentes de abastecimiento de agua”, asevera.
Dentro de estas fuentes, la desalación -añadió- cobra relevancia, especialmente ahora que el problema de los costos energéticos asociados está siendo abordado progresivamente por energías más sustentables.
Estas plantas requerirán, para asegurar su viabilidad en distintas regiones del país, de embalses de tamaño intermedio e intrarregionales que permitan llegar con el agua a sus distintos destinos.
Por su parte, la presidenta de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitaros (ANDESS), Jessica López, informó que de los 238 sistemas de producción de agua potable que tienen las 57 empresas socias, hoy tres corresponden a plantas desaladoras.
Asimismo, detalló las acciones que está realizando la industria sanitaria ante la menor disponibilidad de agua.
“Una de ellas es la desalinización de agua de mar para ser potabilizada y destinada al consumo humano. Creemos que esta tecnología es una fuente que la industria sanitaria tiene el deber de considerar y que debe formar parte de la estrategia nacional de recursos hídricos.”, subrayó.
Sobre la experiencia nacional, mencionó la de la empresa Aguas Antofagasta que opera, desde 2003, la mayor planta de desalinización para producción de agua potable, de América Latina. Abastece a Antofagasta (75%) y Mejillones (100%).
“Antofagasta será la ciudad de mayor población en América Latina, cuyo suministro de agua potable se obtiene mediante desalación de agua de mar”, explicó.
También se refirió a los proyectos en curso, adelantando que las inversiones de la industria sanitaria al 2040 consideran la construcción de 9 nuevas plantas desalinizadoras de agua de mar y la ampliación de 4 plantas existentes.
En la Región de Coquimbo, ya operan cuatro desalinizadoras a nivel local. Las que se encuentran en las caletas de Talcaruca, Maitencillo, Totoralillo Norte y Chigualoco. Esta útima opera con energía solar (paneles fotovoltaicos).
Estas instalaciones forman parte de un programa impulsado por la Subsecretaría de Pesca (Subpesca) y que incluye además proyectos en El Apolillado, Talquilla, Totoralillo Centro, Huentelauquén y Puerto Oscuro.
Estas beneficiarán directamente a las provincias de Elqui, Limarí y Choapa.