La Gerencia de Sustentabilidad de Fundación Chile (FCH), liderada por Marina Hermosilla, desarrolló una extensa agenda de reuniones con profesionales y expertos en acuicultura del Centro de Innovación Acuícola AquaPacífico y la Universidad Católica del Norte y visitó las instalaciones acuícolas disponibles de ambas instituciones, con el objetivo presentar las capacidades humanas y de infraestructura habilitadas para el desarrollo de proyectos vinculados al cultivo de macroalgas.
La reciente visita realizada por la Gerencia de Sustentabilidad de Fundación Chile a dependencias de AquaPacífico se enmarca en el interés de este organismo en conocer las capacidades instaladas en Chile vinculadas al cultivo de macroalgas, con el objetivo de potenciar futuros proyectos dentro del territorio nacional.
El desarrollo acuícola en esta línea de acción tendría multipropósitos que beneficiaría directa e indirectamente al ecosistema marino local, al permitir, por un lado, aportar a la reducción de gases de efecto invernadero, repoblar o restaurar los bosques de algas afectados por la sobreexplotación y, por otro lado, beneficiar a la biodiversidad existente dado el importante rol que cumplen dentro de la cadena trófica marina.
Asimismo, se presenta como una oportunidad de desarrollo para Chile, pues la amplia variedad de recursos naturales con que cuenta el país le permitiría participar con una vasta gama de proyectos dentro del mercado de carbono o carbono azul, como es en el caso de las macroalgas.
Cristóbal Girardi, líder del grupo de monitoreo y remediación ambiental de la gerencia de sustentabilidad de Fundación Chile, explica que su visita particularmente a las instalaciones acuícolas de AquaPacífico y la UCN, responde a la identificación de una oportunidad de desarrollo limpio.
“La visita se enmarca en una oportunidad que identificamos que tiene que ver con el desarrollo de un proyecto que busca habilitar el mercado o la generación de bono de carbono azul en Chile, donde una de las alternativas que estamos vislumbrando es la captación y secuestro de carbono a través del cultivo o más bien la rehabilitación de ecosistemas con macroalgas”, indica y agrega que “en ese sentido, ambas instituciones son las que tienen las capacidades, la experiencia y el conocimiento. De ahí parte el interés de conocer más de cerca todo lo que están haciendo en este tema”.
Los Bonos de Carbono Azul
Con el propósito de que, de forma voluntaria, los países desarrollados cumplan con parte de sus compromisos de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y que los países en desarrollo se beneficien de las actividades que generen certificados de carbono, se definió el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) suscrito en el artículo 12 del Protocolo de Kioto.
En este contexto, los bonos de carbono surgen como parte de los instrumentos de transacción bajo un mercado regulado y definido en este acuerdo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, así un bono de carbono representa el derecho de emitir una tonelada de CO2 a la atmósfera, beneficiando a las empresas que no emiten o disminuyen la emisión y haciendo pagar a las que emiten más de lo permitido.
Así, los bonos de Carbono Azul, surgen como una alternativa innovadora de financiar soluciones relacionadas con el océano y el agua, crear oportunidades comerciales sostenibles y favorecer una administración responsable de los océanos.