Se conoció finalmente que será la Universidad Adolfo Ibáñez la institución encargada de acompañar el proceso de construcción de una nueva Estrategia Regional de Desarrollo al 2030. Serán 178 millones de costo para un proceso en el que quedó fuera la Universidad Católica del Norte y la consultora Pulso.
Ahora, el tema será verificar la metodología y las características del proceso, ya que en el fondose trata de un documento muy importante o -mejor dicho- que “puede ser” muy importante, si es bien trabajado y si es representativo del sentir de la ciudadanía de nuestra región.
Tan solo como un ejemplo, en el caso del turismo, la falta de orientación y de un discurso público coherente y consistente es evidente. Desde Sernatur se hacen los esfuerzos con las herramientas con las que se cuenta, pero mientras desde el Gobierno Regional no sea considerada un área prioritaria, seguiremos utilizando recursos en promociones pequeñas, en esfuerzos esporádicos y sin continuidad, que sirven para el corto plazo, pero que no nos proyectan sistemáticamente hacia un futuro de mayor umbral.
En Vicuña, por ejemplo, se trabaja a gran ritmo, pero como una isla. Allí potencian el turismo astronómico a nivel internacional siguiendo la senda que quedó de los años 2000 que identificaba a la región de Coquimbo como “la Región Estrella”. Una mirada de futuro, de largo plazo, que invitaba a instalar a la región de Coquimbo como un referente internacional de alto nivel. Ese envión se perdió o al menos perdió mucha de su fuerza inicial.
Así como en el turismo, en todas las áreas de desarrollo regional, minería, acuicultura, medio ambiente, obras públicas, es necesario que exista una coherencia y consistencia de largo plazo, una invitación a soñar en grande, a remar todos por un objetivo común y no sólo a tapar hoyos o solucionar contingencias de la próxima temporada. Tampoco puede ser el antojo de una autoridad momentánea ya que esa mirada debe ir más allá, debe ser más ambiciosa y motivadora.
En fin, Hay expectativas respecto del resultado de este trabajo. Una hoja de ruta, un objetivo común es indispensable. Es de esperar que los egoísmos y personalismo cedan paso a la participación franca y con visión de futuro.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo