Ya se ha dicho hasta el hartazgo, pero aquí estamos. Discutiendo una posible solución de By Pass para la ruta 5 Panamericana, en su trayecto entre la conurbación La Serena- Coquimbo.
Volvemos, tal como se había anunciado con temor hace algunos años, a un punto en que volvemos a descubrir lo mismo que ya sabíamos hace años atrás. La ruta 5 siendo utilizada como vía local, saturándola con miles de autos que van al colegio o al supermercado durante el día. Algo inaudito que sólo se está produciendo en estas ciudades de todo Chile. Un camión de alto tonelaje con ácido sulfúrico que va a Antofagasta debe lidiar con un furgón escolar que cruza a dejar a los niñitos al colegio.
Mientras tanto, la población tendrá que seguir esperando las decisiones de autoridades que llegan de otras zonas a entender la dinámica local, de un gobierno regional que está preocupado de otros enredos y de una empresa adjudicataria (SACYR) que bien conoce de estos retrasos, modificaciones de contrato y recursos adicionales. Total, el contrato ya está firmado. Y si a alguien se le ocurre hacer modificaciones, adivine usted quién será el que siempre saldrá ganando.
Es que está escrito en piedra lo que iba a ocurrir. Y aquí estamos.
Es increíble la cantidad de autos que llenan cada una de las avenidas de La Serena y Coquimbo, con un caos vial insostenible. Un caos vial que no aguanta a 5 o 10 años más de la misma forma. Definitivamente algo hay que hacer en serio. Es indispensable que alguna autoridad sea capaz de observar en cualquier horario punta cómo se deteriora la calidad de vida producto de los atochamientos.
Necesitamos autoridades que se tomen muy en serio el problema, incentivando de manera real y seria el uso de la bicicleta, mejorando sustancialmente la calidad del transporte público, sus recorridos, infraestructura, capacidad y horarios. Eso es ahora. Ya.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo