Cada cierto tiempo somos testigos de decisiones políticas que desconciertan. Se trata del propio sello identitario de la región de Coquimbo “la Región Estrella” que se había ido construyendo poco a poco, en procesos largos y participativos, pero que sin una razón conocida (que no sea el antojo de alguna autoridad) ha sido reemplazado por el de “Región Sustentable”.
Para poder construir una imagen objetivo para una zona geográfica, se necesita una profunda revisión de aquello que nos identifica, lo que nos distingue de otras partes del mundo. No se trata de una meta o un deseo, sino de aquello que somos y que cualquier persona del mundo podría distinguir como único y propio.
La pregunta es entonces cuántas zonas en el mundo han desarrollado una buena, excelente, maravillosa estrategia o políticas de sustentabilidad. Y con el perdón de los lectores, la respuesta es vergonzosamente evidente, obvia, clarísima- Tanto que si hubiera un ranking y sin temor a equivocarnos probablemente nuestra región ocuparía el lugar 1000 o 2000 en el mundo en el desarrollo de políticas de sustentabilidad. No tenemos ni siquiera un vertedero decente. Reciclamos un porcentaje ínfimo de nuestra basura, a duras penas conservamos los espacios naturales que poseemos sin una estrategia nítida que nos permita ponernos el “poncho” de la sustentabilidad. Es cierto que decenas de empresas privadas han elegido nuestra región para instalar parques solares y eólicos, pero desde las políticas públicas luchamos contra la desertificación y reciclamos dos gotas de nuestras aguas grises. En fin, para no ser tan pesimista, hemos avanzado bastante, pero estamos muy lejos de que alguien entendido en la materia pueda distinguir que tenemos el mérito para atribuirnos el título de “Región Sustentable”.
Por otra parte, si valoramos la calidad de nuestros cielos, el desarrollo nítido del turismo astronómico con más de una docena de observatorios turísticos, además del desarrollo de centros astronómicos de fama mundial, podremos verificar que esa caraterística, la idea detrás de la marca de la “Región Estrella” no era un simple deseo, sino un rasgo que nítidamente lo puede distinguir un turista de cualquier parte del mundo.
Es un ejercicio frustrante tener que presentar estos argumentos, más allá de los millones de pesos ya invertidos en construir aquella marca.
Quizás hayan otras buenas razones para la decisión adoptada, pero no se conocen y nunca han sido socializadas públicamente. Ojalá alguien pueda dar una buena explicación y podamos escribir esta misma editorial pidiendo las disculpas del caso.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo