Es grave que el indicador del Banco Central ubique a nuestra región de Coquimbo como la que ha generado el menor índice de crecimiento del Producto Interno Bruto a nivel nacional. Y es que al ver al cifra además, es dramáticamente menor que el resto del país. Pero más allá de la estadística, lo dramático es que para quienes se mueven en el ambiente de economía y desarrollo regional, nos se ve en el horizonte nada que haga presumir si quiera un poco e optimismo.
Quizás una buena noticia es que el Consejo Regional acaba de aprobar un presupuesto regional por $74 mil millones para el próximo año, el cual deberá ser afinado y “defendido” ante la Dirección de Presupuesto de la nación, la DIPRES.
Pero ese buen dato , a la vez, genera una gran incertidumbre cuando recordamos que hace un par de semanas se dificultó la disposición de fondos de emergencia para poder brindar apoyo por la sequía, debido aparentemente a descoordinaciones y falta de rigor de profesionales a cargo (con acusaciones cruzadas de por medio).
Además, la incertidumbre aumenta cuando se toma en cuenta los argumentos de las autoridades que participaron en la aprobación para ese próximo presupuesto regional.
Por ejemplo, el Consejero Regional Javier Vega (PC), quien expresó que preocupa la falta de claridad de las proyecciones que tiene este gobierno regional: “solamente vemos proyectos que vienen de gobiernos anteriores», expresó.
Cristián Rondanelli (UDI), fue otro de los consejeros que no dejó pasar la oportunidad de advertir problemas, y señaló que “no veo reflejado apoyo concreto a los pequeños agricultores de la región, en cuanto a poder aportar recursos para lo que es la impermeabilización de obras de riego, a través de algo que he venido proponiendo desde el año pasado, que es la generación de un convenio entre el Gore y la CNR (Comisión Nacional de Riego)”.
Por su parte, Tatiana Castillo señaló que “necesitamos colocar obras emblemáticas a funcionar para poder levantar la cesantía, de la región, que a día de hoy, somos la que tiene más desempleados. Entonces, si colocamos alguna obra importante a trabajar, vamos a poder levantar nuestra región”.
Finalmente la gobernadora, Krist Naranjo, respecto de la ejecución del anterior presupuesto de 2022, señaló que uno de los temas cruciales “fue que se abrió tarde, en el mes de marzo, por lo que la generación de nuevas carteras de proyectos ha sido muy lenta lamentablemente, y dependemos mucho de las gestiones municipales, ese ha sido un punto flaco este año, porque la gestión municipal ha sido paupérrima».
En síntesis, las cifras del Banco Central son pésimas y al menos en lo que respecta a fondos públicos no se ve esperanza. Quizás se pueda hacer algo apalancando al sector privado. Al menos.
Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo