Es cierto que uno de los sellos que trajo consigo la posmodernidad es el cuestionamiento a todo el orden establecido, el fin de los grandes relatos, la deconstrucción permanente y las reacciones de rebeldía y anomia en la ciudadanía, todo lo cual genera estados de incertidumbre social y pérdida del rumbo común.
Lo anterior no es más que una constatación de un fenómenos que se ha representado con nitidez en una decena de países en todo el mundo, y que ha llevado a crisis, caos, rebeliones, protestas y un profundo desconocimiento de las instituciones que hasta hace diez años permanecían relativamente validadas dentro del Estado de Derecho.
Sin embargo, llama la atención que nuestros representantes políticos en un determinado momento aparezcan luchando de frente y al siguiente sean aliados y brinden respaldo a instituciones republicanas. Eso al menos causa una cuota importante de perplejidad por el cambio en el discurso.
Ahora bien -y como ejemplo- al menos en el actual gobierno están haciendo un esfuerzo visible por validar a organismos como carabineros de Chile y el presidente Gabriel Boric en sus entrevistas recientes en nuestra región, fue enfático al asegurar que carabineros de Chile será reforzado y que la ciudadanía puede contar con que habrá mayor presencia policial en las calles.
Eso sí, lo anterior resulta disonante y desconcertante respecto de aquellos que buscan refundar la institución de carabineros y que, en principio, forman parte de los mismos que apoyan al actual gobierno. Algo no cuadra allí.
Como sea, lo relevante es que las razonables críticas y deseos de mejora vayan aparejados con propuestas para poder avanzar de verdad y no quedarnos sólo con la deconstrucción. Algo similar ocurre con la existencia del senado de la República, o con las razonables regulaciones migratorias que cualquier país sensato debe poseer, a menos que exista algún tipo de consenso previo a nivel internacional que libere todas las fronteras y la migración.
Hoy lo que se necesita es consistencia y coherencia. La ciudadanía necesita líderes con mentalidad clara, con propuestas o alternativas que orienten el futuro, objetivos claros que permitan guiar y no autoridades que sólo profundicen la incertidumbre y la crítica social.
Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo
