Sin duda un golpe a la cátedra, una medida que a varios dejó atónitos, porque después de tantas discusiones inauditas, que finalmente sea el gobierno del presidente Piñera el que disponga de un proyecto de ley destinado a garantizar una Pensión Garantizada Universal, resulta casi paradojal. Serían $185 mil garantizados para todas las personas mayores de 65 que se encuentren dentro del 80% más vulnerable, estén pensionadas o trabajando, e independientemente de su ahorro previsional individual.
El ministro de hacienda Mauricio Cerda explicó que dentro del 80% más vulnerable están todas las personas que en sus hogares tengan ingresos per cápita de aproximadamente CLP 622.000 hacia abajo.
Las personas mayores de 65 años que se encuentren entre el 81% y el 90%, es decir, con un ingreso per cápita entre CLP 622 mil y máximo CLP 1 millón, recibirán un aporte de cargo fiscal que irá disminuyendo a medida que mejora el monto de su pensión autofinanciada.
El detalle es que una medida de este tipo no es gratis, tiene un altísimo costo financiero que bordea los USD 3.200 millones, es decir un 1,3 % del PIB del país. Como ya se ha dicho se financiará a través de dos vías: Con los fondos originalmente contemplados para financiar la Ley Larga y la Ley Corta de Pensiones que se encuentran en el Congreso y con la eliminación de algunas exenciones tributarias.
Al parecer, existe una extraña unanimidad entre los políticos y economistas respecto a que esta reforma sería el camino correcto por el cual el país debe avanzar, sin embargo, en la discusión parlamentaria se verá el verdadero alcance y si el término de las exenciones tributarias es suficiente para solventarlo.
Algo que sí llama la atención es que se sigue profundizando el desincentivo para ahorrar durante la vida laboral, comenzando a resurgir aquellos discursos que señalan que es mejor no haber cotizado nunca para recibir el pago garantizado por el Estado. Ese, sin duda, sería un escenario devastador no sólo para el sistema de pensiones, sino para el país. Esa es justamente una de las causas de la debacle argentina y del sistema de garantías sociales en varios países de Europa. De alguna forma debe incentivarse el ahorro previsional. El trabajo, la generación de riqueza y el ahorro es inevitable la mejor ecuación que asegura un sistema sostenible, que de verdad pueda apoyar a los que más necesitan, y no sólo aumentar la carga pública generalizada.
Victor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo