Para el rescate debieron ser enviados dos esqueletos, de una mejer y un hombre, prácticamente completos al Viejo Continente. Según director del museo, Ángel Durán, la reconstrucción científica es en un 99% fidedigno en cuanto a la proporción de las personas de esa cultura. Proyecto viene gestándose desde el 2011 pues incluye la remodelación del edificio que data del Plan Serena.
Dos esqueletos prácticamente completos –salvo por la ausencia de algunas falanges y unas costillas quebradas¬– sirvieron para que la artista francesa Elisabeth Daynés lograra la réplica de dos antiguos diaguitas, que se transformaron en las piezas claves de la remozada exposición que contiene el Museo Arqueológico de La Serena.
El rescate, en un 99% científicamente exacto, dice el director del centro, Ángel Durán, forma parte de uno de los tres proyectos que dieron un segundo aire al recinto serenense, iniciativa que viene gestándose del 2011 y que culminó con la visita de la Ministra de la Cultura, Consuelo Valdés.
“Hoy, el Museo Arqueológico no tiene nada que envidiarle a los museos más importantes del mundo en su línea. Gracias a una importante inversión, el recinto ha modernizado su infraestructura, colecciones y museografía, rescatando y poniendo en valor nuestra rica herencia ancestral. Este lugar guarda parte importante de nuestra identidad cultural, y estamos muy contentos de acercar nuestra historia local a la comunidad”, comenta Francisco Varas, seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en Coquimbo. Agrega que “la reapertura representa una gran señal para la reactivación cultural de la zona, además de la oportunidad que tiene hoy la ciudadanía de encontrase con su historia en un recinto con los más altos estándares museográficos para recibir al público”
Etapas
El director Duran, explica que la renovación integral del Museo Arqueológico de La Serena comprendió tres proyectos. El primero consistió en la ampliación de las áreas del museo que no eran parte del edificio tradicional. Para ello, se ocupó el patio y se construyó un edificio de cuatro pisos y dos niveles subterráneos. En esa estructura ahora funcionan las oficinas administrativas, un auditorio, un laboratorio de restauración y depósitos de colección, tanto para arqueología, como antropología. Y también se habilitó una biblioteca que estaba en el antiguo inmueble.
La segunda parte es la mejora del edificio tradicional, construido por la década del 50, como parte del programa de renovación arquitectónico que implementó el gobierno de Gabriel González Videla. Éste tenía la necesidad de renovarse pues había cumplido su periodo de vida y ello comprendió, entre otras cosas, el soporte eléctrico; la techumbre y los pisos, entre otras. Además, interiormente, se mejoró la circulación para el visitante que recorre el museo, elevando en un 100% la circulación dinámica para viajar al interior del recinto.
Y el tercer proyecto habla de la renovación de la museografía, cuyo origen es de 1980. “Si anteriormente teníamos una exposición con 600 objetos en exhibición, la renovación aumentó el doble. Actualmente, la exhibición comprende 1.350 piezas”.
Réplicas
Durán cuenta que las dos piezas reconstruidas en el Viejo Continente forman parte de lo que se denomina “Paleo Art” o “Arte Antiguo”. Eso está basado en una reconstrucción lo más responsable científicamente de dos personas de la cultura diaguita, una mujer y un hombre.
Para realizar esa reconstrucción, el taller parisino solicitó, en su momento, contar con dos esqueletos de la cultura diaguita, lo más completo posible. Ello inició un trabajo previo de los responsables del museo en buscar el material arqueológico exacto, proceso complejo por la humedad propia de la ciudad deteriora los restos. “A esos esqueletos solo le faltaban algunos fragmentos de falanges, que no se conservó, u otras costillas que estaban fracturadas, pero todo el resto del esqueleto estaba completo, de manera que su reconstrucción en base a esos esqueletos es científicamente en un 99% fidedigno, en cuanto a la proporción de la funcionalidad que la persona tenía, tales como talla, musculatura, etc.”, indica.
“Los esqueletos se enviaron con autorización del Consejo de Monumentos Nacionales y las autoridades que supervisan el patrimonio de nuestro país e ingresaron al territorio francés y fueron devueltos antes que se terminaran los trabajos del edificio”, concluye.