Obra del escultor Daniel Muñoz, desde esta semana en la Plaza de Armas de Vicuña, estuvo guardada todo este tiempo en su casa esperando el “bueno, ya” de Monumentos Nacionales.
Esculturas hay en todo el mundo. Como el David o la Piedad de Miguel Ángel; la Victoria de Samotracia o la Venus de Milo. En Chile, la mano del Desierto, en Antofagasta o la escultura al viento, en Puerto Natales. En la región, para los amantes de la literatura, la Gabriela Mistral, sentada en una banca, sonriente. Como quizás fue en su vida.
Es que así está desde esta semana en la Plaza de Armas de Vicuña, luego de un año de espera debido a la pandemia y a Monumentos Nacionales, que recién la semana pasada envió la solicitud para que fuera instalada.
El trabajo lo realizó el escultor de la Universidad de Chile, Daniel Muñoz, quien demoró dos meses en hacerla a base de resina poliéster y reforzada con fibra de vidrio.
“Fue un encargo que me hizo la municipalidad de Vicuña, porque hace tiempo que querían poner una escultura de Gabriela Mistral”, cuenta el artista originario de Santiago, que vivió mucho tiempo en Caldera y hace cuatro años en la comuna elquina”, agrega.
Sentada
No es la primera obra que realiza Muñoz. Tiene otros más al norte, para la tercera región, “donde trabajé en los gigantes de Atacama, pero en los modelos y donde hubo una polémica porque al alcalde que estaba en ese entonces se le ocurrió encargar la escultura en color dorado y a la mayoría de la gente no les gustó”.
Algo que en Vicuña hasta el momento no ha pasado, pues a la gente le encantó “y por ende el llamado es a cuidar este espacio para todas las futuras generaciones”, dijo el encargado de Relaciones Públicas, Protocolo e Informaciones Turísticas de la municipalidad de Vicuña, Mauricio Polanco.
Respecto a la demora de Monumentos Nacionales, comentó que “generalmente se demoran en dar el permiso y no sé la motivación, pero aparentemente se juntan sólo algunos días y ven la parte técnica, como por ejemplo qué tipo de figura se instalará en una plaza, como en el caso nuestro. Pero no sé porque se demoró tanto. Quizás esta vez fue por la pandemia, dado que la figura tampoco reviste peligro; no tiene puntas, está sentada y es de un material que no puede ocasionar daño, entonces no sé porque tanta demora. Pero mientras tanto estuvo todo este tiempo en mi casa…”