Despidos comenzaron el 23 de febrero pasado, aunque el reteiler no ha emitido información oficial, acusan desde el grupo de trabajadores. Principales afectados serían mujeres trabajadoras.
“Con los números que tiene cada dirigente de su local a cargo, y sumamos los 13 establecimientos en donde tenemos socios, creemos que son cerca de 300 las personas, muchas son mujeres jefas de hogar”. Esa es la cifra –y el detalle– que está en la mesa de los dirigentes sindicales de Unimarc, principal detallista de SMU, ligada al empresario Álvaro Saieh, que serían desvinculados en la región de Coquimbo.
A juicio de la presidenta del Sindicato Zona Norte de la cadena, Marta Villarroel, los despidos comenzaron el 23 de febrero pasado, quién además se queja además que hasta el momento no han recibido información de la gigante detallista.
“No les han dicho cuánta gente han despedido y si lo seguirán haciendo. Tampoco si repondrán algunos puestos”, advierte.
La situación, según los trabajadores, no deja de llamar la atención de los sindicatos, pues “si ha habido un sector que muestra ventas permanentes durante este periodo de emergencia sanitaria, ha sido precisamente el de los supermercados”.
Recuerda Villarroel que el 23 de febrero llegaron dos mujeres desde Santiago “de manera sorpresiva y comenzaron a despedir gente en todos los locales”. Lo lamentable, agrega, “es que se nos avisó a las 10 de la mañana y mientras nos estaban notificando, estaban despidiendo. Nos dijeron que venían en una misión, que venían algunos despidos, y cuando a uno como dirigente le dicen que habrá destituciones, en realidad nunca se dimensiona la cantidad. Les pregunté cuántos eran, pero dijeron que no tenían el número, que solamente venían a apoyar a la zona…”
Hermetismo
Hoy, cuenta Villarroel, “nadie sabe nada, todo es hermético y, lo peor, es que lo hicieron hasta por teléfono. Gente con vacaciones, que estaba en sus casas, con días libres y que al día siguiente volvía. A todos ellos se les avisó por teléfono. A algunos crónicos que estaban cuidándose porque tienen patologías y no podían trabajar con covid por el riesgo a infectarse, también se les notificó de sus despidos. Todo se hizo con una falta de respeto, quedando de manifiesto que no existe recursos humanos en esta empresa”.
Algunos trabajadores desvinculados llevarían más de 20 años de servicio.
Villarroel cuenta que quienes se han “salvado” de ser apartados en sus trabajos son aquellos que tienen licencia médica, aunque cree que “apenas se termine seguramente a algunos los despedirán”.
En el sindicado no saben cuándo terminarán las desvinculaciones. Por ejemplo, “en Coquimbo dijeron acá no nos queda gente por despedir, pero no sabemos si en Ovalle seguirán, lo mismo que en La Serena”, sostiene.
La situación estaría afectando a las distintas tiendas que posee SMU a lo largo del país.
Terrible situación
Lamenta y dice que “es terrible esta situación”, entendiendo que la decisión tomada “deja una cesantía atroz cuando ya en esta región la cesantía es pésima, y más encima cero humanidad para despedirte. Acá los empleadores hacen y deshacen con su gente”.
Respecto a una futura reunión con los gerentes, sostiene Villarroel que “en enero tuvimos una conversación y les preguntamos si iban a despedir y dijeron que no, que no había plata. Así que ahora llamé al gerente zonal para preguntarle qué está pasando, cuando nos dijeron que no iban a haber despidos, y me respondió que esto escapaba a lo que se había hablado y que tenía que ver con un ajuste de la empresa”.
Sacar a los trabajadores para manifestarse “lamentablemente no se puede, pues hasta para ir a comprar se necesita un permiso. Pero nuestras acciones vienen por otro lado, más bien juntarnos a nivel nacional y reclamar…”.