Atraer capitales a un territorio no es una tarea sencilla ni de corto plazo; sin embargo, es de vital relevancia para el desarrollo económico desde el punto de vista de productividad, innovación, empleabilidad y calidad de vida. En términos económicos, esta se denomina Inversión Extranjera Directa (IED) y se refiere a aquella que tiene como propósito crear un vínculo empresarial de largo plazo por parte de un inversionista extranjero en un territorio receptor, contemplando los aportes de capital, reinversión de utilidades, entre otras variables.
A nivel nacional, InvestChile es el organismo público encargado de promover el potencial del país en el mercado global, conectando los intereses de inversionistas foráneos con las oportunidades de negocios disponibles. A nivel regional, han sido diversas las instituciones que han contribuido a dinamizar la IED, apalancando importantes proyectos de inversión, promoviendo los factores de atracción con los que cuenta el territorio y robusteciendo el entorno empresarial para que compañías extranjeras puedan aterrizar y desenvolverse de forma óptima.
Ejemplo de aquello, es el Gobierno Regional de Coquimbo (GORE), quienes, dentro de la División de Fomento e Industrias (DIFOI), cuentan con la Unidad de Atracción de Inversiones, donde han llevado a cabo una estrategia de convenios de cooperación e integración territorial.
Al respecto, Cristóbal Juliá, gobernador regional, señaló que «se están haciendo grandes cambios en la institucionalidad para fortalecer a quienes trabajan por atraer proyectos de inversión, se está ejecutando una estrategia a nivel nacional para hacer regiones más fuertes y dinamizar la permisología, que facilitará la llegada de estos capitales al territorio».
Dada su importancia, la necesidad de promover la IED fue abordada en la Estrategia de Desarrollo Regional 2030, la cual corresponde a un instrumento de planificación regional a largo plazo, que fue emanado y aprobado por el GORE, durante el año 2024.
En su lineamiento «Desarrollo Económico Sustentable y Capital Humano», específicamente, en el ámbito de acción «Inversión» señaló el objetivo específico de «potenciar la región como polo de inversión productiva y de servicios, atrayendo tanto inversión nacional como extranjera para la generación de nuevos proyectos que beneficien el desarrollo económico local». Para esto se determinó como las principales líneas de acción «aumentar la inversión en sectores productivos y de servicios de la región» y «aumentar la participación de iniciativas regionales y de la marca de la región en instancias de captación de inversión extranjera».
Sin embargo, pese a la labor desarrollada por el GORE, el Índice de Competitividad Regional (ICR) emanado de la Subdere (2020), en su ranking de Competitividad ubicó a la Región de Coquimbo en el doceavo lugar, argumentando entre sus causas su restringida capacidad para atraer empresas internacionales que aporten dinamismo al desarrollo productivo y a la empleabilidad regional.
A partir de esto, se desprenden dos requerimientos para dinamizar la IED a nivel regional, inicialmente, fortalecer a la DIFOI del GORE, más específicamente, su Unidad de Atracción de Inversiones, robusteciendo su capacidad presupuestaria para implementar instrumentos de financiamiento o dotándola de mayor capital humano.
Finalmente, se plantea la necesidad de crear un organismo especializado para la Región de Coquimbo, alineándose con la tendencia global, tras años de aumento de la IED en distintas regiones del mundo, de crear Agencias de Promoción de Inversiones (API) a niveles subnacionales. Esto porque los territorios subnacionales no son iguales, ya que varían en la dotación de factores de atracción, la capacidad productiva y tecnológica, los perfiles de especialización y en la capacidad de diseñar e implementar políticas activas para la atracción de inversiones.
Esta es la tarea que ha querido abordar el «Programa Transferencia de Aceleración de Inversiones Región de Coquimbo», ejecutado por la Universidad Santo Tomás Sede La Serena y financiado por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) del GORE Coquimbo, que busca justamente proponer un organismo especializado para la región, que dé a conocer las cualidades del territorio en el mercado global, unificando el trabajo de instituciones públicas, privadas, académicas y gremiales para impulsar el aterrizaje de capitales extranjeros en la Región de Coquimbo.
Gustavo Mallat Garcés, académico y director del proyecto, indicó que «la Región de Coquimbo necesita urgentemente captar más inversión foránea para potenciar la creación de puestos de trabajo de calidad, el desarrollo tecnológico y la innovación».
Respecto a cómo una API podría beneficiar a la región, Marcos Carrasco, presidente de la Multigremial Región de Coquimbo, señaló que «actualmente, contamos una matriz productiva muy diversa y con un gran potencial, por lo que atraer capitales foráneos al territorio tendría una incidencia muy grande en nuestra empleabilidad, desarrollo y calidad de vida. Para llegar a esto han confluido esfuerzos de actores públicos, privados, académicos y gremiales, como es nuestro caso, y todos coincidimos en que necesitamos una agencia especializada en mostrarle al mercado global las potencialidades de la Región de Coquimbo».
Actualmente, el programa se encuentra en una fase final, donde, tras dos años de ejecución, desarrolló un diagnóstico regional, construyó un modelo de aceleración de inversiones locales, nacionales y IED; estableció su hoja de ruta, ejecutó un plan de comunicación y diseñó una plataforma tecnológica para orientar a potenciales inversionistas.