La comuna de Vicuña recibió la visita de los ministro de Culturas, Artes y Patrimonio, Agricultura y Relaciones Exteriores, para celebrar la incorporación del Paisaje Cultural Vitivinícola del Pisco Chileno a la Lista Tentativa de la UNESCO, una medida que busca impulsar de manera integral al destilado hacia el mundo. Al respecto, el gerente de Pisco Chile comentó sobre los desafíos y la contingencia a la que se enfrentan los productores pisqueros.
El gerente de la Asociación de Productores Pisco Chile, Claudio Escobar, con 10 años siendo parte del gremio, menciona que se encuentran contentos por los avances que tuvieron como sector productivos en los ejes estratégicos que se plantearon: Declaración del pisco como Patrimonio Nacional, protección de la Denominación de Origen e internacionalización del producto.
Con datos en mano, accedió a dialogar con Semanario Tiempo, para tomar una radiografía de una de los proncipales actores de la agrindustria de la región de Coquimbo.
-¿Cómo ven el estado actual de la industria?
-Creemos que estamos en un muy buen momento, a pesar de las dificultades que existen, como la sequía, que es la amenaza más compleja de abordar, pero eso no implica que no tengamos que abordar otros desafíos que son muy importantes para el desarrollo de nuestro sector.
-¿Cuántos litros de pisco se producen al año y cuánto ha variado la producción en los últimos 5 años?
-En los últimos 10 años, la producción anual está en torno a los 35 millones de litros por año. En cuanto a la variación de la producción en los últimos 5 años, al ser una cadena agrícola e industrial, en la parte agrícola, evidentemente la crisis hídrica tiene repercusiones importantes en los niveles de producción.
Por lo tanto, diría que a nivel de producción de uva pisquera, el promedio en los últimos 5 años era de, aproximadamente, 170 millones de kilos por año, de los cuales alrededor de 120 millones de kilos van a la producción de pisco.
Eso ha experimentado variaciones y la última vendimia del año 2024 fue muy dura, en el sentido de que estuvimos muy apretados con los kilos de uva que van a pisco, por efecto de la sequía. Llegamos a un nivel donde la fuerte demanda de uva pisquera se cuadró con la oferta y eso nos preocupó, porque en algún momento podríamos encontrarnos que no estamos llegando a los kilos que necesitamos para la producción de pisco.
La caída fue importante, firmamos cerca de un 30% de la vendimia anterior, pero por suerte el año pasado, a raíz de las precipitaciones y la caída de nieve que hubo en los valles, permitieron recuperar en parte la disponibilidad del agua y eso implica que este 2025 deberíamos volver a una vendimia normal, en el rango de kilos que se están produciendo históricamente.
La parte industrial todavía se sostiene con la producción de uva que hay, podemos llegar a los litros de pisco que estamos produciendo pero, claro está, si se cae de alguna forma la parte agrícola, la parte de la producción de pisco va a tener un impacto y eso es lo que queremos evitar, estamos trabajando mano a mano con las autoridades para que se tomen las medidas que permitan darle sostenibilidad a las actividades agrícolas.
-¿Cuánto representa la exportación dentro de las ventas totales de la industria?
-Prácticamente, el 98% de la producción es para el mercado nacional, de todos modos, estamos desarrollando el mercado internacional. Gracias a la colaboración con PROChile, el Ministerio de Agricultura y otras instituciones exteriores, podemos avanzar en las exportaciones de pisco y, en ese sentido, creemos que esa proporción va a ir cambiando con el tiempo en la medida que sostengamos ese trabajo de promoción internacional.
De esta manera podemos hacer crecer y generar un nuevo impulso para la industria del pisco, el mercado internacional es la oportunidad que tenemos de crecer. Así que esa proporción irá cambiando y, poco a poco, vamos a tener un incremento del porcentaje de exportaciones.
Ya hay un indicador muy importante en el último año, donde crecimos cerca de un 32% en el valor y volumen exportado. Es un avance y creo que da cuenta del efecto que está generando el programa de promoción de exportaciones que hemos montado como parte de esta estrategia.
-¿Cuántas marcas de pisco maneja actualmente la empresa?
-Hoy día tenemos cerca de 35 empresas asociadas, es decir, llegamos al 99,9% del volumen total de la industria. Tenemos productores grandes, medianos, pequeños y micro. El segmento que todavía no ingresa a la asociación es, principalmente, el de nuevas marcas que han salido al mercado y que son emprendimientos en desarrollo que esperamos conocer.
-¿Cuántas líneas de producto ofrecen y cuáles son las más demandadas?
-Por la normativa que rige la Denominación de Origen del pisco, legalmente, tenemos la posibilidad de producir pisco puro, pisco sour y cócteles de pisco. El mayor porcentaje de la oferta es el pisco puro. Estamos hablando de piscos masivos que son los de 35 grados, que se usan mucho para la piscola, el cóctel más consumido en Chile.
Después tenemos las líneas de los piscos premium y ultra premium, ahí se generó un crecimiento importante en los últimos años, porque la gente y los consumidores tienen la necesidad de probar nuevos productos y propuestas. Sobre todo los piscos premium, que son productos que ganan medallas de oro en concursos internacionales muy prestigiosos, que dan cuenta de este giro hacia la premiumización de la categoría.
Tenemos productos que pueden competir de igual a igual con las mejores categorías del mundo, es un avance importante. En términos de oferta pisquera, por supuesto, también en la línea de cóctel y pisco sour hay algunas propuestas, pero diría que en menor medida.
-¿Cuántos trabajadores emplea la empresa, tanto en temporada alta como baja?
– Hay un proceso interno para la actualización de las cifras que reflejan la cantidad de empleos que genera la producción de pisco, pero en la última medición que se hizo hace algunos años, estaba en torno a los 4.000 empleos directos, que son los que están día a día trabajando en la industria. Pero al ser una industria de consumo masivo, con una cadena de distribución nacional e internacional, genera una serie de empleos indirectos, por cuanto el cálculo que hemos realizado arroja cerca de 40.000 empleos indirectos.
¿Cuántas hectáreas de viñedos poseen y cuántas están activamente en producción?
En el último catastro se detectó que en 13 años de las 10.500 hectáreas bajamos a 6.800, aproximadamente, y el número de productores pasó de 3.800 a los 2.000. Entonces lo que vemos en la práctica es que hay una disminución de la producción de uva pisquera, de la cantidad de productores y de hectáreas.
Creemos que tiene mucho que ver el problema del agua, junto con el mercado, por la crisis cuesta producir, siempre hay un riesgo y una amenaza a la producción de uva pisquera pero, por otro lado, también está el factor comercial.
-¿Cuáles son los desafíos nacionales e internacionales que enfrenta la industria?
Históricamente, cuando hablamos de la producción de uva pisquera, tiene que ver con que luego del proceso, cuando en Chile cambió el modelo que protegía al pisco, no diferenciaba la competencia internacional y a los importados, había una diferencia que tenía que ver con los impuestos. Eso permitía que la industria del pisco pudiera sostener de mejor manera la competencia internacional.
Cuando eso cambió, a raíz de los tratados de libre comercio, se generó este descalce donde la parte industrial del pisco se pudo ajustar cambiando volumen por valor, pero la parte agrícola es más compleja, porque tú no puedes llegar y cambiar de parrón y cultivos, es un proceso más largo que implica costos importantes, pérdidas de ingresos en algunos casos.
El desafío está en la internacionalización de la categoría, tenemos un espacio de crecimiento real, dado que el mercado nacional está maduro y no crece hace muchos años. Nos hemos mantenido en los mismos 1,9 litros per cápita de consumo al año hace 10 años. La oportunidad de crecimiento está afuera, por eso tenemos un plan de promoción internacional y de defensa.