La Serena aprobó un programa para aplicar asfalto en frío y eliminar “baches”. Tapar hoyos en las calles. Además la ciudad se está poniendo al día en aseo y eliminación de basurales para alcanzar un mínimo. Es decir para ponerse al día en algunas materias.
El Mercado del Mar de Coquimbo sigue botado; el museo arqueológico de sitio el El Olivar sigue esperando; el edificio municipal de La Serena sigue siendo un sueño; con gran esfuerzo se van a reponer las luminarias en sólo una de las más de 12 vías evacuación existentes en caso de tsunami; la congestión de todos los días es intolerable; después de más de cinco años todavía no se define el terreno para la instalación de un relleno sanitario para la región (el actual a punto de saturación) ; y, por último, se realizan algunas obras para minimizar los graves problemas de la ruta de la muerte que une a La Serena y Vicuña.
Es cierto que hay obras relevantes como la construcción de hospitales, pero el listado anterior es para ubicarnos en lo atrasado que estamos en el desarrollo en infraestructura local, por lo que la aspiración de “soñar en alto estándar” queda necesariamente postergada por muchos años más. Una vez que corra la lista.
Ahora, el actual conflicto en el que se encuentra el Teatro Centenario de La Serena, nos lleva a reflexionar y concluir en que en realidad se trata -actualmente- del espacio más importante para presentaciones artísticas en La Serena. Probablemente en Coquimbo sean el Centro Cultural Palace, el flamante gran salón municipal y el recinto de Enjoy los de mayor capacidad y actividad en la Región. Pero en La Serena, casi nada.
Pero soñar hoy, por ejemplo, con un Teatro Regional de buen nivel, pareciera un proyecto realmente demasiado lejano. No priorizado por ninguna autoridad. Si desaparece el Teatro Centenario La Serena quedaríamos sin un recinto activo, con capacidad de producir y recibir recitales en vivo. Y aunque su capacidad de recibir público sea muy reducida, es el único en su tipo al día de hoy en la capital regional.
En conclusión, pareciera que la lógica permanente es tapar hoyos, tratar de ponerse al día, dejar de estar en deuda, lo cual deja poco espacio para soñar… Una piscina olímpica regional, un teatro regional, un patinódromo, un parque… Un simple parque decente, acogedor y bien cuidado.
Ojalá las autoridades que están asumiendo en estos meses puedan llevarnos nuevamente a soñar en grande, proyectar, dejar huella, cambiar el futuro de jóvenes talentos y no solo tapar hoyos, corregir errores o saldar deudas.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo