Son 29 explotaciones registradas en la zona, lo que representa solo un 0,48% del área planta de esta especie frutal que llega a comercializarse a US$50 el kilo en China. El monitoreo es diario, a medida que llega el 29 de enero, fecha de las celebraciones del Año Nuevo Chino, donde el producto adquiere un alto valor, pues se considera portadora de prosperidad.
Falta poco para el esperado 29 de enero, la fecha para las celebraciones del Año Nuevo Chino. Y es que esa jornada es anhelada para la industria de la cereza, un producto símbolo que se considera portadora de prosperidad en ese país y que puede llegar a comercializarse a US$50 por kilo en los mercados del gigante asiático.
Sin embargo, la fluctuación de precios del fruto mantiene nerviosos a los gremios agrícolas, preocupados a los exportadores y en alerta a las autoridades. ¿La razón? Exceso de envíos, lo que han generado una disminución en los precios.
Entre los años 2021 y 2024, la región de Coquimbo triplicó su superficie plantada, pasando de 114 a las 341 hectáreas, de acuerdo al reciente Catastro Frutícola 2024, elaborado por el Centro de Innovación de Recursos Naturales (Ciren). Y no es lo único que aumentó, pues en ese periodo pasó de las 15 a 29 explotaciones registradas.
Y si bien la región de Coquimbo tiene una representación marginal en relación al país -solo es el 0,48%-, el análisis sobre la situación actual de las remesas y su comercialización preocupa a los entendidos. Ignacio Fernández, director de ProChile, comentó que aún es temprano para hacer una evaluación definitiva de la temporada. “Quienes estuvimos en la reunión coincidimos en que aún es temprano para evaluar el resultado total de la temporada. Y cuando esta termine, realizaremos los balances correspondientes, con todos los antecedentes técnicos y comerciales”.
“La industria no depende de los precios de una semana; trabajaremos con los privados en un plan que aborde desde aspectos técnicos y comerciales hasta la diversificación de mercados y otros factores a mediano plazo”, dijo Fernández.
Por su parte, Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), subrayó la importancia de la cooperación entre el sector público y privado: “Lo más importante cuando hay problemas o desafíos es enfrentarlos juntos. Aquí hay una alianza público-privada muy importante. La colaboración entre todos los actores es clave para seguir adelante y fortalecer la industria”.
Durante la reunión también se abordó el estado actual del mercado chino, un tema de gran relevancia para la fruticultura chilena. A pesar de los desafíos, todos los participantes coincidieron en la necesidad de seguir monitoreando de cerca la situación. El análisis de la temporada y la toma de decisiones estratégicas se harán al finalizar la campaña. “Al concluir la temporada, analizaremos las fortalezas y debilidades del proceso para mejorar nuestras estrategias y prepararnos para la próxima campaña”, señalaron los asistentes.
En cuanto a la situación particular de las exportaciones, Víctor Catán, presidente de Fedefruta, destacó que, a pesar de algunos inconvenientes en la comercialización de las cerezas en China, estos problemas han incentivado la búsqueda de soluciones innovadoras. “Afortunadamente, el mercado ha ido subiendo, lo que es positivo. Esto nos hace ponernos creativos para enfrentar las siguientes temporadas. El sector está evolucionando, y estos retos solo nos fortalecen”, aseguró Catán.
La industria de la cereza chilena, lejos de enfrentar un declive, sigue proyectándose con gran dinamismo y optimismo para los próximos años. “La cereza no termina este año, sigue adelante. Es un negocio fuerte y pujante que ha dado gran dinamismo a la fruticultura chilena y continuará siendo así”, concluyó el presidente de Fedefruta.