Este jueves se realizó la emotiva ceremonia de egreso de 81 médicos y médicas de la Facultad de medicina de la Universidad Católica del Norte, todos formados con una profunda vocación de servicio para la región de Coquimbo.
Del mismo modo, hace pocas semanas hemos celebrado el anuncio de la construcción del edificio para la nueva facultad de medicina de la Universidad de La Serena, con un financiamiento nada más y nada menos que de $34 mil millones de pesos, probablemente uno de los fondos más altos para un edificio institucional de toda la región de Coquimbo (considerando que el edificio del municipio de Coquimbo, en su tiempo fue considerado el consistorial más caro de todo el país con un costo cercano a los 25 mil millones de pesos).
En forma paralela, se construyen tres nuevos hospitales, uno en La Serena, otro en Coquimbo y el último en Illapel, que se suman al flamante edificio de Ovalle, en plena operación.
Es decir que se ha concretado un trabajo de largo aliento, que busca suplir uno de los déficit más complejos como es el de salud, un problema que aqueja a todo el país, pero que en nuestra región aparentemente tendrá un avance significativo.
Ahora bien, todo lo anterior es solo para poner al día la deuda, pero a pesar de los altos montos y la importancia histórica de las iniciativas, pareciera que ya quedamos cortos en áreas como salud mental o tratamientos oncológicos.
Sería de suma importancia que las nuevas autoridades regionales y comunales pusieran acento ahora en afinar las especialidades y lograr más presupuestos especialmente para estas dos áreas, tal como lo están haciendo en la comuna de Ovalle con la habilitación del primer Centro de Salud Mental Comunitaria normalizado de la Región de Coquimbo, el “COSAM” de la comuna de Ovalle.
Es de esperar que este centro logre convertirse en un referente a nivel nacional para la salud mental y sería una buena noticia que el Consejo Regional pudiera fijar objetivos para dar ese paso.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo