Actualmente, el turismo se ha convertido en una de las actividades económicas con mayor crecimiento a nivel mundial, transformándose en una industria en constante expansión dentro de los territorios. Su contribución a las economías nacionales se expresa en diversos ámbitos, como el aporte al Producto Interno Bruto (PIB); el empleo directo e indirecto; ingresos; divisas y generación de emprendimiento.
El sector turístico representa aproximadamente un 12% del PIB mundial en períodos normales y más de un 11% del total de empleos a nivel global, cifras que podrían incrementarse cuando se logre una completa reactivación. En Europa, el PIB de muchos países depende fuertemente del turismo, por ejemplo, Francia, Grecia, España o Italia. Algo similar ocurre en América Latina, en países como Costa Rica, Jamaica, México y República Dominicana.
Luego de la crisis financiera del año 2009, la industria turística se vio fuertemente afectada, sin embargo para el año 2012 el sector mostró una sólida recuperación alcanzando los 1.000 millones de turistas internacionales. En el año 2018, el volumen de turistas internacionales ya alcanzaba las 1.400 millones de personas, cifra que se vio nuevamente disminuida con la crisis sanitaria, pero el turismo hoy atraviesa un progresivo proceso de normalización.
Chile no ha estado ajeno a la reactivación, lo que tiene al país con una meta por alcanzar de 5 millones de turistas extranjeros anuales. Esto potenciará la hotelería, el sector gastronómico, el transporte, el comercio y diversos otros servicios. A nivel local, las micro y pequeñas empresas han permitido la generación de nuevos empleos, siendo también una pieza clave el emprendimiento femenino.
Este sector económico representa en Chile una cifra aproximada de 650 mil empleos, situándola como una industria fundamental para el progreso del país, aportando además una perspectiva sostenible e inclusiva.
Para fortalecer la industria turística en Chile se vuelve necesario apostar por la atracción de capitales foráneos, esto es, inversión extranjera directa (IED). Por ejemplo, en el sector turístico existen empresas como «Rosa Agustina», «Hotel Casino Enjoy», «Resort Las Tacas» o «Casa Molle», que aportan mucho desarrollo económico. En el futuro sería ideal recibir capitales extranjeros en negocios turísticos similares, dado que aportarían riqueza, empleos, dinamismo y competitividad a la región. La IED es fuente permanente de progreso económico.
Gustavo Mallat Garcés
Académico e Investigador
Universidad Santo Tomás