Angélica Funes, directora Sernatur Coquimbo, plantea que rebrotes en Estados Unidos han paralizado nuevamente la industria pese a que las proyecciones daban cuenta que ésta se debía retomarse durante el 15 de diciembre de este año. A la fecha, no existe calendario para su retorno.
Sin retorno ni calendario fijo, la industria de cruceros se mantiene congelada luego que la pandemia dejara paralizada la actividad a principios del 2020. Cada temporada se desarrolla entre los meses de octubre-noviembre y se prolonga hasta abril del año siguiente, aportando a la economía de los principales destinos de la región de Coquimbo por los servicios turísticos que consumen los pasajeros de estas naves.
Angélica Funes, directora regional del Sernatur, plantea que las líneas de cruceros pararon sus acciones por la emergencia sanitaria, pese a que se vislumbraba un retorno para mediados de diciembre, luego que las empresas instalaran protocolos sanitarios para los colaboradores y las personas que viajan en estas embarcaciones.
Sin embargo, agrega, las operaciones volvieron a suspenderse principalmente por rebrotes en Estados Unidos, país que es uno de los mayores emisores en los flujos de los cruceros.
“Según informaciones entregadas por TPC (concesionario del Puerto Coquimbo) en estos momentos no tendríamos cruceros. Ellos organizan las recaladas con las navieras y de tenerlas ya habría a lo menos uno o tres recalad as de cruceros. Hoy no tenemos ninguna (embarcación) que vaya a llegar con esta problemática que se está dando, particularmente en el mercado norteamericano”, precisa.
A juicio de Funes, durante el mes de octubre las distintas instituciones de turismo pueden acceder al listado con las naves que recalan en el puerto de Coquimbo, información que expone la cantidad de embarcaciones, números de pasajeros y tripulantes, además de las fecha y hora de llegada y zarpe: “hoy no tenemos ninguna pista de cruceros que vayan a recalar por nuestro puerto”, dice.
Funes explica que los cruceros es un “tremendo” mercado para Coquimbo que genera divisas por hora puesto que son turistas que no están más de cinco a seis horas en el destino. Una vez arribados, los pasajeros realizan programas de viajes que se tienen contratados con anterioridad con tour operadores locales que llevan a los cruceristas al valle de Elqui, y otros puntos atractivos de La Serena y la ciudad puerto, incluso a la provincia de Limarí.
Cada uno de estos turistas puede gastar entre US$100 y US$110, cifra que puede aumentar según el paquete turístico contratado. Incluso, parte de la tripulación que trabaja en los cruceros también genera gasto.
Se estima el 30% de los pasajeros de estas naves de lujo consumen productos turísticos en la zona.
“Compras, sobretodo en vinos y artesanías, son las cosas que ellos se llevan de nuestro destino. Por lo tanto no es menor la llegada de cruceros a la zona”, precisa.
Los viajes de los cruceros se agendan con al menos un año o dos años de anticipación y cada temporada trae un mínimo 16 naves. Sin embargo, la contingencia sanitaria, sentencia Funes, ha obligado a las líneas de cruceros a ser flexibles con las reservas que realizaron los pasajeros.
En octubre del año pasado, el arribo del crucero Le Soleal, de Ponant, al sitio 1 del puerto de Coquimbo marcó el inicio de la temporada 2019-2020, periodo en que unas 23 naves y 38.914 personas, entre pasajeros y tripulantes, llegaron a la principal terminar portuaria de la región, lo que representó un 20% más de turistas en relación a la temporada anterior.