Entre enero y junio, la acción de bandas delictuales dejó sin suministro eléctrico a cerca de 15 mil clientes de la distribuidora de electricidad en la Región de Coquimbo.
El delito de robo de cables sigue afectando fuertemente a las instalaciones y clientes de CGE, compañía distribuidora.
Según datos de la distribuidora, entre enero y junio de 2024, se registraron 29 episodios en la región de Coquimbo y sustrayendo más de 15 kilómetros de cable de cobre y afectando la continuidad del servicio eléctrico a 14.897 mil clientes.
El episodio masivo más reciente de robo de cables en la región ocurrió la madrugada del jueves 11 de julio recién pasado en la comuna de La Higuera. Este incidente afectó a 2.491 clientes. Ante esa situación, el personal técnico de CGE activó un plan de contingencia especial para reconstruir el tramo de la red de media tensión que fue vandalizado por desconocidos cerca de la Ruta 5, en el acceso a Punta Colorada. En total en ese episodio ocurrió la sustracción de casi un kilómetro de conductor de cobre. Como parte del plan de contingencia, CGE desplegó recursos y estableció generación de respaldo específica para las localidades afectadas en La Higuera.
Este caso en La Higuera es uno de varios que han afectado a la región de Coquimbo durante este año.
A nivel nacional esta cifra se eleva a 192 episodios de robo de cables en las instalaciones de la Compañía, tanto en redes de media y baja tensión como en instalaciones de transmisión de energía, totalizando 58.304 metros de cable de cobre (58,3 km) robado.
Esto equivale a más de 9 toneladas de cobre sustraído por bandas delictuales, lo que también provocó que 88.839 clientes vieran interrumpido su suministro eléctrico producto de la acción de estos delincuentes.
Francisco Jaramillo, subdirector de operaciones de CGE, señaló que la acción de estas bandas, que cuentan con material y personal técnico especializado, es una clara señal de su asociación al crimen organizado.
“El robo de cables sigue siendo un problema relevante en la calidad de suministro y hoy, a diferencia de lo que pasaba hace unos años, está fuertemente asociado al crimen organizado. Estas son bandas delictuales que cuentan con modus operandi desarrollados y que se van moviendo entre las regiones, buscando donde pueden cometer estos delitos y causar el mayor daño. Asimismo, cuentan con una organización que también les permite reducir el cable robado, lo que financia otros delitos. El perjuicio que provocan estas bandas delictuales no es solo a la infraestructura, sino también a la calidad y continuidad del servicio eléctrico para miles de clientes a lo largo de la zona de concesión de CGE”, dijo Jaramillo.
En el primer semestre del año, las regiones con más incidencias de este delito fueron la de Tarapacá, con 51 episodios, seguida por Antofagasta (33); Coquimbo (29); Maule (23); O´Higgins (24); Metropolitana (11); Araucanía (10); Biobío (10) y Atacama (1).
La valorización del cable de cobre robado en el primer semestre supera los 150 millones de pesos, mientras que el costo total de reposición de la infraestructura dañada alcanzó a $842 millones.
En 2023, se registraron 1.223 eventos de robo de cable a lo largo de su zona de concesión, contabilizando 196 kilómetros de líneas robadas (195.870 metros) de conductor eléctrico sustraído desde sus instalaciones, con el consiguiente daño o destrucción de postes, transformadores, cables y otra infraestructura clave para suministrar el servicio eléctrico.
“El perjuicio que provocan estas bandas delictuales no es solo a la infraestructura, sino también a la calidad y continuidad del servicio eléctrico para miles de clientes a lo largo de la zona de concesión de CGE. Es necesario que las autoridades, en todos los niveles, tomen acciones para combatir a estas bandas. En el caso de CGE, la compañía realiza denuncias ante el Ministerio Público y las policías cuando ocurren estos casos, y también hemos interpuesto querellas para perseguir a los responsables”, señaló Jaramillo.