Nuevos antecedentes respecto a las obras marítimas y eléctricas, la planta en sí misma, el estanque de agua, entre otros, son datos que no se habían expuesto con anterioridad del proyecto que se busca ejecutar en el sector El Panul de Coquimbo. A ello, se suma un plazo para el adjudicatario -que se conocerá el 2025- de 260 meses y que incrementaría su valor a los US$300 millones.
En la edición 1483 de Semanario Tiempo, se reveló el costo de la nueva planta desaladora para la región de Coquimbo, la que llegaría a los US$286 millones. Ahora, la Dirección General de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas expuso una carpeta con amplios antecedentes no solo con la planificación de los procesos de licitación, adjudicación, construcción y operación, sino con las obras, partes y actividades de una esperada solución para conseguir agua fresca en la zona, debido a la persistente escasez hídrica.
Se mantiene algunos plazos como la confirmación de llamado a licitación para el cuarto trimestre de este año, aunque la adjudicación será a fines del 2025. Lo mismo, se reafirmó que su uso es para el consumo humano de las ciudades de La Serena y Coquimbo, aunque con potencial expansión hacia Ovalle, así como también para otros usos.
Este medio ya había indicado que el proyecto beneficiará a 460 mil personas de Coquimbo y La Serena. Y entre sus características está habilitar un estanque de distribución de agua potable de 8.000 m3, preliminarmente ubicado a cerca de 21 km de la planta, proyectada en el sector El Panul de Coquimbo. Sin embargo, también se detalló sobre las cualidades que tendrán las obras eléctricas, marítimas, de la planta en sí misma, además del estanque de agua, canales de conducción, entre otras (ver tablas).
El proyecto incluye la obtención de agua de mar por medio de una captación abierta en profundidad y su envío a la planta desalinizadora para su desalación, la producción de agua apta para consumo humano en la planta desalinizadora, el almacenamiento de la misma en un estanque de agua producto y la distribución del agua por medio de una impulsión y estación elevadora, al estanque proyectado de agua producto de 8.000 m3.
Éste incluye, además de la planta desalinizadora, las obras de captación de agua de mar, las de descarga de salmuera al mar, las obras de elevación, almacenamiento y conducción del agua producida y las obras correspondientes a la alimentación eléctrica en los distintos puntos de consumo.
El costo que deberá invertir algún privado ascenderá a los US$286 millones, aunque éste podría alcanzar a los US$300 millones, y se piensa un plazo de concesión máximo a 260 meses, es decir a 30 años, y no diez años como se había mencionado anteriormente.
En medio del “Segundo Encuentro Regional de Coordinación de Estrategias para enfrentar la Crisis Hídrica”, el seremi de Obras Públicas, Javier Sandoval, indicó que el proyecto “Planta Desaladora para la Región de Coquimbo” tenía un horizonte de materializarse el 2030, plazos que se acotaron con la aprobación de “la Ley 21.639 que faculta al Ministerio de Obras Públicas para hacer obras multipropósitos, incluidas las desaladoras para que puedan ser priorizadas para el consumo humano”.
Tramitación ambiental
El proyecto se ubica a 10 kilómetros al sur de la comuna de Coquimbo, en el sector El Panul. Debido a algunas inquietudes esgrimidas por algunas comunidades, la tramitación en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), se realizará de dos formas. Primero, se realizará una Consulta de Pertinencia (CP) por las obras de la conducción de distribución y estanque de agua potable.
Sin embargo, los trabajos asociados a la construcción de la planta y sus obras marinas se medirán, a través de un Estudio de Impacto Ambiental, estimado a ingresar este primer semestre. Durante la segunda mitad del año, se efectuará reuniones de Participación Ciudadana.
Desde Concesiones, la proyección es obtener la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) el primer semestre del 2026.