“Leche derramada”…

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La Serena Colonial, por décadas reconocida por su arquitectura, belleza natural, cielos abiertos al cosmos y la calidez de su gente… qué tanto queda de esa fama?
Cuando notamos la falta de interés y desidia en quienes deben tomar las decisiones, para cuidar nuestro patrimonio cultural y arquitectónico, nos viene a la memoria la fábula de “la rana hervida”, la premisa es que, si arrojamos una rana a una olla de agua hirviendo, su reacción es saltar para salvar su vida, pero si a esa misma rana la ponemos en agua fría y procedemos a calentar gradualmente el agua, la rana se va acostumbrando, no siente el cambio hasta morir.

Un poco extremo el ejemplo, pero. Es más fuerte cuando nos damos cuenta que, la rana en el agua somos nosotros. Han sido tan sutiles los cambios, en nuestra ciudad, que los mecanismos de alarma y defensa se van debilitando, pequeños deterioros, focos insignificantes de basura, proyectos que jamás se concretan, se van sumando y logramos percatarnos de los reales alcances cuando estamos prácticamente cocinados.

Cualquier semejanza con el actual estado de nuestra ciudad, aplica. Las calles poco a poco se comenzaron a sumar capas y capas de mugre; el centro colonial, altivo y ordenado transmuto a un viejo, arruinado y vestido de latones, nuestros íconos turísticos malolientes, pero nadie hace nada, dónde están aquellos que deben velar por la belleza, mantención y proyección de la ciudad.

Uno de los principales centros de atracción turística “La Recova”, postal obligada, punto de grabación para videos y selfies, hoy vive perimetralmente flanqueada por borrachitos, mecheros, lanzas y personajes de mal vivir. Sin pudor ni remordimiento, transeúntes botan basura, escupen en la calle y siguen su camino entre quien sabe, cuánto desecho orgánico, animal y humano, vertido sin decoro ni prohibición, a vista de peatones locales y visitas. Hay que dejar de ser autocomplacientes, ya no es lo que fue, esta sucio y feo, pero podemos recuperar su belleza y encanto con voluntad y capacidad de gestión.-

La avenida del mar, conjugaba el azul del mar , el cuarzo gris de la arena y esa franja verde de pasto y palmeras. Hoy la arena tiene basuras, el verde no existe y las palmeras, perdieron su color vivo, pasando a ser troncos moribundos del que se desprenden colgajos de hojas.

Nuestro paseo de las esculturas ícono de los 90 como el museo al aire libre, portal del olimpo que dejaba ver sus dioses, ahora es una triste muestra de desamor de algunos serenenses, desprecio por el arte y mal gusto grafitado con garabatos ilegibles.

Escenario que nos pone tristes, nos remece y nos dice que se han hecho muy mal las cosas estos últimos años.

Que es hora de saltar, salir de esta olla, ponernos en alerta y no dejar la conducción de la ciudad más hermosa de Chile, bueno un Chile de antaño, siga en manos de personas sin preparación, sin amor, sin pasión por lo que hacen…

Podemos revertir esta situación, dejando llorar sobre la leche derramada” trabajando entre todos para volver a vestir a la ciudad de limpieza, armonía y seguridad. Paso a paso, voto a voto, sin esperar en discursos trasnochados e inertes, sino que en el amor de cada ciudadano por su ciudad, representados por autoridades que alcen la voz, que tomen medidas, aunque no sean populares, pero sean efectivas.

Los que ya peinan canas comprenderán este mensaje de alerta y recordarán esa ciudad con la que soñamos todos, segura, limpia, icono del turismo y destino final para muchos adultos que veían en esta comunidad un sitio ideal para pasar sus últimos años, por todos los atributos que hoy son historia.

Una tarea para nuestras futuras autoridades, que con valentía y decisión opten por caminos que muchas veces no son tan fáciles, ni populares, puedan hacer los cambios que la ciudadanía necesita de manera urgente para recuperar nuestra historia, patrimonio y calidad de vida.

Juan Carlos Thenoux Ciudad
Ex Concejal de La Serena 2012-2019