Una crónica de una crisis anunciada. No nos cansamos de repetir y poner la señal de alerta, que quede escrito nuevamente algo que se viene diciendo hace bastante rato atrás.
Si no caen algunas gotas en las próximas semanas, probablemente nos enfrentaremos a uno de los veranos más crudos en nuestra región. La empresa sanitaria lo está diciendo fuerte y claro, por lo cual, a pesar del ambiente pampillero, los turistas y las peleas absurdas en el Gobierno Regional, los hechos ya están dando la alarma y debemos esperar medidas de preparación para lo que casi con seguridad será una tragedia entre los meses de febrero y mayo del próximo año.
El análisis del equipo de meteorología del Centro Científico CEAZA habla de déficit del recurso hídrico el cual es de un 78% promedio en el territorio.
En cuanto a los niveles de los caudales, se han presentado bajo lo normal en las 3 cuencas de la región. “Los ríos principales, de las tres provincias de la región, registran 39% (Elqui), 42% (Limarí) y 48% (Choapa) de los valores históricos de la temporada, respectivamente” precisa el reporte de CEAZA, que además anuncia que “la cantidad de
En los meses previos a que se cumplieran 50 años de ocurrido el pronunciamiento militar de Septiembre de 1973 nuestro gobierno y nuestras autoridades se preocuparon de organizar diversas actividades con el objeto de conmemorar de la mejor forma posible este brusco cambio de timón que trastornó durante muchos años nuestra vida democrática a extremos plenamente comparables al grave trastorno previo que derivó en un acontecimiento de nuestra historia con todas las consecuencias conocidas por todos y que incluso después de las décadas transcurridas aún continúa resonando e impactando nuestra memoria.
Pero una cosa es la historia y otra muy diferente es la memoria, en lo que muchos se han esforzado estableciendo memoriales incluso en establecimientos de las Fuerzas Armadas protagonistas del pronunciamiento militar, lo que equivale a colocar “una soga en la puerta de la casa del ahorcado”, lo que obviamente no debe haber sido recibido de muy buena gana en dichos establecimientos, obligados a aceptarlo por su fidelidad a nuestra Constitución.
Lo ocurrido formará parte para siempre de la historia de nuestro país. Es algo que no se podrá negar, aunque se podrá describir de muchas maneras según el punto de vista de académicos e historiadores, resaltando algunos acontecimientos más que otros e interpretando su significado en el transcurso de la historia. Pero los hechos son los hechos y nadie los podrá borrar jamás, aunque probablemente habrá quienes mantengan premeditadamente algún hecho en la sombra o acomodarlo para que no cauce escozor en quienes participaron activamente,
Situación que ha ocurrido con una mayor frecuencia que la deseable a lo largo de la historia de la humanidad, sobre todo cuando se han cometido crímenes generalizados y atroces contra poblaciones de seres humanos que han quedado a merced de sus inclementes verdugos que no han vacilado en exterminarlos con el objeto de conseguir sus inconfesables deleznables propósitos, sean de índole política, territorial, económica, racial, religiosa, ideológica, etc., actos que lamentablemente continúan sucediendo en muchos lugares en nuestro mundo.
Todos hechos que la historia va describiendo y estructurando de acuerdo a lo que constituye una realidad para registrarla y dejarla a disposición de las generaciones venideras tanto para su conocimiento como para su estudio. La memoria en cambio es inevitablemente un concepto tanto frágil como volátil debido a que se sustenta inevitablemente en el recuerdo de los acontecimientos en lo que juega un papel fundamental tanto la sensibilidad como la voluntad de quien o quienes buscan dejarlos establecido en un registro que considera digno de recordar para las generaciones que no vivieron en carne propia los acontecimientos.
En ello existirá inevitablemente un sesgo que la sociología no conseguirá nunca soslayar en forma absoluta, considerando que cada ciudadano que fue testigo de los hechos los vivió inevitablemente desde su propia perspectiva y realidad, otorgándoles un significado propio que lo marcará para siempre y que por tanto quedará impreso a prueba de olvido en su recuerdo. De tal manera que pasará a integrar parte importante de su propio mundo y desde allí aflorará desde su memoria personal para proyectarlo hacia el futuro.
Esto no significa que la memoria sea algo imborrable. Siempre estará sujeta al análisis permanente, a la autocrítica y a un ponerse en lugar de aquel otro cuya memoria aparece impregnada de una visión diferente e incluso opuesta a quien recurre a proponer a su vez su propia memoria. De modo que ninguna memoria puede sobreponerse a otra y mucho menos es recomendable estructurar una historia oficial, empeño que está de partida condenado al fracaso debido a todos los conflictos que acarrearía a consecuencia del enfrentamiento inevitable de las memoria particulares que viven en la conciencia y el subconsciente de cada ciudadano.
En consecuencia la memoria no se debe instrumentalizar si es que aspiramos a vivir en paz como ciudadanos. Porque la memoria de unos no tiene relación alguna con la memoria de los muchos otros, dado que es selectiva por naturaleza y estará permanentemente afectada por un presente que no podemos eludir. Por lo demás las cosas que hoy vemos de una manera no es la misma manera como se veían en tiempos en que los hechos sucedieron y que lo más probable es que continúen evolucionando con el transcurrir del tiempo. Realidades que tenemos que tomar en cuenta con el objeto de actuar en forma responsable luego de la conmemoración de los 50 años…agua contenida en los embalses regionales está entre el 8% y el 51%. Porcentualmente, existe mayor reserva de agua embalsada en Choapa y Elqui y menos en Limarí. Aunque en ninguna de las cuencas se supera el 30%”.
Y es que al escuchar al seremi de agricultura, más allá de que parece un buen sujeto, perturba lo escuálido de las medidas adoptadas, anunciando recursos y proyectos que se vienen realizando de la misma forma hace al menos 10 años atrás. O un seremi del MOP prácticamente en silencio. Inexistente para efectos comunicacionales.
De igual forma, si bien se agradecen los micro proyectos de reutilización de aguas grises, no pareciera que existe una estrategia contundente, robusta y clara para enfrentar lo que vendrá en los próximos meses.
Es un huracán o un terremoto que se anuncia con varios meses de anticipación, por lo que es de esperar que los camiones aljibes, fardos de pasto, cajas con víveres sean considerados en el presupuesto 2024. Y ojalá, más allá de aquello, tengamos autoridades con la visión suficiente para planificar el territorio, proyectar el futuro productivo de la región.
Víctor H. Villagrán
Editor Semanario Tiempo